El pasado 29 de septiembre se celebró, por primera vez, el ‘Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos’. Una fecha con la que la ONU busca concienciar a la población de que no se puede esperar poner fin a la malnutrición y erradicar el hambre si no se disminuye el desperdicio de alimentos.
Además, no desaprovechar la comida ayuda a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la bajada del gasto energético o el mejor uso de recursos como la tierra y el agua, entre otros beneficios.
En la Unión Europea, España es el séptimo país que más comida desperdicia, con 7,7 millones de toneladas al año, según el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente. En términos económicos, supone la pérdida de 3.000 millones de euros anualmente. Y eso que, aproximadamente, 1,2 millones de toneladas son aptas para el consumo.
Por este motivo, la aplicación anti-desperdicio alimentario Phenix ofrece una serie de consejos que se pueden seguir día a día para mejorar los hábitos de consumo:
- Planificar el menú semanalmente: Calcular con sentido común cuánto se va a consumir en el desayuno, comida y cena durante toda la semana.
- Revisar periódicamente los alimentos: Comprobar la comida que se tiene en el frigorífico, congelador y la despensa del hogar.
- Colocar los alimentos para consumirlos adecuadamente: Utilizar los trucos más eficientes que se usan en los almacenes. Así, para los productos perecederos, seguir el sistema FIFO (“Primero en entrar, primero en salir”). Por su parte, para los no perecederos, usar el sistema LIFO (“Último en entrar, primero en salir”).
- Hacer una lista: A la hora de comprar, anotar los productos que se necesitan y ceñirse a esa lista. Es preferible también no caer en la tentación de las ofertas.
- Ir a comprar con más frecuencia: Comprar solo lo que se necesite. Para que sea más sostenible, si se va a pie o en coche, lo recomendable es hacer compras más pequeñas y así asegurarse que se consumirá.
- Evitar el excedente: Las nuevas tecnologías están para favorecer a la sociedad. Un ejemplo son las apps contra el desperdicio de comida, como Phenix, que ayuda a darle una segunda vida a todo aquello que se va a tirar en los comercios por un precio más económico.
- Saber interpretar el etiquetado: Es imprescindible conocer la diferencia entre fecha de caducidad (día o mes a partir de la cual no se puede consumir un alimento) y fecha de consumo preferente (aunque puede disminuir su calidad, sigue siendo comestible).
- Conservar los productos adecuadamente: Los alimentos deben ser almacenados entre 1 y 5°C para una máxima frescura y longevidad. Hay que chequear que la nevera o el congelador cierre bien.
- Servirse con racionalidad: En el momento de las comidas, lo más conveniente es no ‘comer con los ojos’ y medir lo que se vaya a ingerir, sobre todo en el caso de los niños.
- Guardar las sobras: Los restos que no se vayan a comer se pueden enfriar, almacenar en el refrigerador y consumirse otro día. Incluso cuando se va a un restaurante, no hay que tener reparo a poder llevarse en un recipiente lo que no se ha ingerido.
Phenix es una empresa certificada como B Corporation, un nuevo tipo de negocios que buscan el equilibrio entre sus objetivos y los beneficios, con la obligación legal de considerar el impacto de sus decisiones en sus empleados, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente.