La proyección de la película tuvo lugar en el palacio de prensa, situado en Gran Vía, pleno centro de Madrid. Al coger el metro para ir al lugar y caminar por las calles céntricas de la capital me invadió una enorme satisfacción: ver tanta gente por las calles en horas tan tempranas define el espíritu de esta ciudad con tanta vida. Llegué justo antes de la proyección y la sala estaba ocupada por “cuatro gatos”.
La película se estrenó en el festival de Málaga de este año que tuvo lugar en marzo. La verdad es que cuando se proyectó la cinta no despertó gran expectación, así que el gran aliciente de ver la película es su protagonista, la inmensa Natalia de Molina, ganadora de dos premios Goya.
el gran aliciente de ver la película es su protagonista, la inmensa Natalia de Molina, ganadora de dos premios Goya.
La película comienza poniéndonos en la situación del personaje principal llamada George, vemos las distintas rutinas y ansiedades que sufre una persona con agorafobia. Sin embargo en uno de los intentos de sobrepasar el perímetro de “522” pasos que siempre alcanza pero nunca excede, su gato es atropellado por un camión, su único compañero. Invadida por la tristeza decide incinerar al gato y emprender un viaje por su antiguo hogar, Portugal, junto con su amigo asiático (dueño de una tienda) para llevar al gato con su verdadera dueña, su abuela. George instala su hogar en la furgoneta para poder realizar el viaje y no sentir esa inseguridad propia de la enfermedad.
A medida que avanza la película vemos como existe una lucha interior en la protagonista que enfrenta el pasado y el presente. Finalmente gana el futuro esperanzador, aquel que se basa en disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y de los momentos puntuales que se viven cuando se hacen tonterías o simplemente deambulas perdido por calles o páramos.
En mi opinión, la primera parte de la película es aburrida y se hace pesada, además de que el director no encuentra el tono adecuado para contar la historia. También el desencadenante del viaje (la muerte del gato) no me parece lo suficientemente bueno como para explicar un cambio tan grande en la protagonista: George al principio no rompe las rutinas, no sobrepasa los “522 pasos” y de repente, se muere su animal de compañía (al cual parece que odia) y decide irse de viaje por Portugal, es increíble. Hay que añadir que se echa en falta alguna secuencia inmersiva en la cual el espectador sienta en sus carnes lo que es vivir con miedo a los espacios abiertos.
se echa en falta alguna secuencia inmersiva en la cual el espectador sienta en sus carnes lo que es vivir con miedo a los espacios abiertos.
A pesar de todo esto, la cinta tiene aciertos: los actores están bien y son creíbles en sus papeles. La fotografía está cuidada y las localizaciones de Portugal son muy bonitas y agradables de ver. Por último, la banda sonora es muy acertada porque creo que acompaña muy bien los sentimientos contradictorios y melancólicos que siente la protagonista.
En definitiva, es una película sencilla, simple, cuya primera parte se hace pesada pero a medida que avanza llega a ser agradable de ver. Sin embargo, para aquellas personas que son exigentes a la hora de ir al cine, os puedo decir con seguridad que está película no será de vuestro gusto. Está bien si lo que quieres hacer es pasar el rato o salir de casa como último plan. No os perderíais nada por no ir a verla.