Todo lo que rodea a Frida Kahlo, ha sido usado para alzar su figura como feminista. Aunque, a lo largo de la historia muchas veces se ha planteado la idea de si la artista realmente fue un icono para las mujeres o no, su obra y vida así lo reflejan.
En un principio, Frida nunca mostró interés por el arte, de hecho, jamás había mostrado un cuadro suyo. A raíz de un accidente, su percepción sobre la vida cambió, y con ella, parte de su vida. De hecho, la pintura era la vía de escape que Kahlo encontró para olvidarse por un momento de su desdicha. En cada cuadro se puede percibir la dualidad de la felicidad y el dolor, lo que quiso y no fue. Además de artista, Frida Kahlo fue un icono feminista, una mujer adelantada a su época que luchó contra todo pronóstico por preservar sus raíces y defendió a su género hasta el último momento.
Ser feminista no significa que tu ideología tenga que ser de izquierdas, ni que tu imagen deba de ser revolucionaria, ni siquiera se define a través de una acción. Para ser feminista, hay que mostrar cada día la lucha, con una palabra, un gesto o múltiples acciones. Si realmente defiendes a las mujeres, tu mensaje debe retumbar y perdurar en los demás. Frida era comunista, y se casó con un miembro que compartía esos pensamientos ¿y qué? ¿Realmente podemos decir que por ello, la mexicana no ha ayudado a la lucha?
Una vida trágica, llena de infortunios
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 enCoyoacán (México), en el seno de una familia dispersa. Su madre, de origen mexicano, y su padre, alemán. Aunque, a ella siempre ha renegado de su día de nacimiento, pues le gustaba decir que vino a este mundo en 1910, año de la revolución en su país. Con esto, Frida ya se autodescribía como una revolucionaria.
Nadie habría imaginado que Frida llegaría a ser una artista, siguiendo los pasos de sus padres. Pero, un trágico día cambió su suerte. A los 18 años, en 1925, la joven viajaba en un autobús que fue arrollado por un tranvía, con el infortunio de que le pilló de lleno el golpe. Esto, sumado a la poliomielitis que sufría desde los seis años, Kahlo estuvo varios meses inválida postrada a su cama. La Casa Azul se convirtió en su refugio, el lugar que la convertiría en artista.
Un nuevo comienzo para Frida Kahlo
Pasaban los días, y la joven Frida comenzó a convertirse en una pequeña artista. Aún con su bastón y cojeando, fue a visitar a Diego Rivera. Las obras de la mexicana dejaron anonadado al pintor, quien terminó convirtiéndose en su gran amor. Tras varios encuentros, y pasado un tiempo, ambos artistas cosechaban éxitos conjuntos. En 1929 Diego y Frida contrajeron matrimonio que, sin saberlo, terminaría por ser un gran fracaso.
Un icono feminista adelantado a su época, Frida
Kahlo pasó casi toda su vida sufriendo. El amor, se convirtió en una desdicha más, acompañada de las secuelas que le quedaron a su cuerpo por culpa del accidente. Tras muchas infidelidades, abortos, malas palabras y múltiples peleas, Frida decide refugiarse en su pasión, la pintura.
Realmente, lo que hizo a Frida destacar entre la multitud, fue su aspecto, pero mucho más lo fueron sus frases y pinturas. A pesar de su dolor, la artista reflejaba su vida en un lienzo vivo, lleno de colores. Sí, por supuesto que su imagen ayudó a crearse un personaje, pero no dejaba de ser una mujer que hacía lo que le daba la gana. Dejarse bigote y entrecejo no la hizo ser más o menos feminista, la hizo ser libre. Y, ese detalle, añadido a que creció en una generación retrógrada, es lo que simboliza a Frida Kahlo y hace que se le pueda denominar feminista.
Pies para qué los quiero, si tengo alas para volar
Una de las frases más significativas y que han pasado a la historia es: Pies para qué los quiero, si tengo alas para volar. Kahlo se refería a su propia condición, sin darse cuenta que esas palabras ayudarían a miles de mujeres a lo largo de la historia. Porque, si algo reivindicaba la artista, era la libertad de su ser, dejando atrás la enfermedad que le privó durante mucho tiempo, y el amor tóxico que mantuvo con Diego, que por un momento, hizo que se olvidara de sí misma. Por ello, como ella dejó escrito en su diario: «enamórate de ti, de la vida y luego de quien tú quieras«.
Esa simbólica libertad con la que añoraba, se reflejaba en muchos de sus cuadros. De una forma u otra, podíamos apreciar dos realidades que conforman a una persona. Basándose únicamente en su vida, Frida plasmó los sentimientos más tristes de muchas personas. Como ella misma dejó escrito en uno de sus diarios «nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad».