«Quiérete a ti mismo». Esta frase resuena en las cabezas de todos como un mantra ya asumido pero, en una sociedad con graves problemas de autoestima cabe preguntarse si realmente tenemos esa frase interiorizada o son simples palabras huecas.
El amor propio es, sin duda, una de las claves del bienestar personal, pero no debe entenderse como ego. El auge de las redes sociales ha alimentado enormemente una sociedad competitiva basada en la comparación que ha disparado los problemas de autoestima, especialmente en mujeres. Esta situación ha derivado en un aumento descomunal de retoques estéticos y, desgraciadamente, también en las cifras de personas con trastornos de la conducta alimentaria. Estas son solo algunas de las muestras de la gravedad del asunto, pero son incontables las personas que sufren a diario un descontento en su relación con ellos mismos.
A esta situación desoladora que afecta al bienestar físico de las personas se suma otro problema muy relacionado. La validación propia es otra de las metas cada vez más difíciles de conseguir para muchos. Ser suficiente bueno en el trabajo, hacer suficiente deporte, tener suficiente vida social… todo esto causa en muchas personas unos niveles de ansiedad devastadores. Cada vez más, estamos construyendo una realidad en la que cualquier cosa que se haga es insuficiente para conseguir una perfección utópica e inalcanzable.
Todos estos problemas tienen un factor común: la carencia de amor propio. Esto no debe entenderse como una frase manida y vacía. Desde luego, no es una forma de culpar a quién lo sufre de su dolor. El amor propio es conocerse, aceptarse y valorarse. No importa lo que hagan o lo que piensen las personas de al rededor, es una cuestión que de uno consigo mismo.
Conseguir este ansiado amor propio no es tarea fácil como ya hemos mencionado. Desde luego no es suficiente con recibir comentarios como «estate bien» y ni mucho menos «eres un/ una dramático/a». Eso lejos de ayudar, agudiza el problema. En muchas ocasiones es necesaria terapia que nos enseñe a priorizarnos y trabajar en fortalecer una autoestima que será clave en todos los aspectos de nuestra vida. Rodearse de un entorno sano que nos quiera y valore también es un factor clave en la consecución de este objetivo.
En definitiva el amor propio es la base sobre la que debemos construir nuestra vida. Porque para querer a los demás, primero debemos asegurarnos de que nos queremos a nosotros mismos tanto como merecemos.