Después de dos años desde la publicación de su primer álbum debut, asistimos en primera fila a un paso más del crecimiento de Amaia con “Cuando no sé quien soy”. Una carrera discográfica que comenzó compartiendo el miedo que le dábamos observando cada uno de sus pasos “a través del cristal” y ahora, unos años y una pandemia después, comenta la dualidad de la edad en la que se encuentra: “Ya no soy pequeña, tampoco soy mayor. Quiero ser lo que se espera de mí y seguir siendo yo a la vez”. Que esto es en realidad la preocupación de cualquier adulto estándar.
El disco se compone de diez temas: “Bienvenidos al show”, “Dilo sin hablar”, “La vida imposible”, “Yo invito”, “La canción que no quiero cantarte” (ft. Aitana), “Pesimista”, “Quiero, pero no” (ft. Rojuu), “La persona”, “Santos que yo te pinte” y “Yamaguchi”.
Es difícil definir el estilo musical de Amaia a no ser que “lo que le sale del papo” sea un estilo musical, en ese caso está claro. Amaia no hace lo que se espera de ella. Amaia hace y si ya te lo esperabas, pues eso que te llevas. Aunque a la vez teme no ser lo que esperas, porque es contradictoria y vulnerable como cualquier ser humano.
Resulta muy complicado que un proyecto no llegue a corazón ajeno cuando sale de tus entrañas y la mejor demostración es que pienses que has paseado por un parque de Pamplona en el que nunca has estado cuando solo has escuchado Yamaguchi. Porque Amaia, por mucho que quiera esconder su corazón – en un lugar de su cuarto donde nadie va a encontrarlo – destila sentimientos en todas sus canciones.
Amaia es sinceridad y exposición absoluta. Y eso que ella resume, como quitándole importancia, que solamente habla de emociones con las que es fácil identificarse, pero es que no necesitamos nada más en la vida que sentirnos parte de algo. Ella consigue que te apetezca que te dejen para sentir más hondo sus canciones y que quieras recomponerte de una ruptura para gritarle a ese ex que de repente quiere ser tu amigo “cómeme el higo”.
“Cuando no sé quien soy” es una palmadita en la espalda. Es un “ni idea de si esto es lo correcto, pero yo voy “palante” con todo”, es elegir la caja sorpresa en vez del dinero en metálico, es descubrir que tienes un pañuelo arrugado en el bolsillo cuando estás llorando y se te caen los mocos, es conseguir disimular que no conoces a la persona que te saluda tan efusiva. “Cuando no sé quien soy” es un viaje al que Amaia nos ha invitado y todos estamos desde que la descubrimos hace años con el cinturón puesto esperando la siguiente parada.
Texto: Carolina Iglesias