El pasado jueves 26 de octubre el premio final para el ganador de la octava edición de ‘Gran Hermano‘, ha descendido su cantidad a 42.600 euros. Jessica Bueno ha sido la responsable de esta decisión. Una suma de dinero que para el resto de la sociedad esta muy bien, para los concursantes de la casa que desde hace dos meses están aislados y sin noticias del exterior es una cantidad bastante ridícula.
Esto se debe a que la organización del programa les ha pedido a los concursantes que expresen un deseo que quieren cumplir. Después se ha iniciado una puja, con el dinero común del premio final, donde ganaría el que más dinero apostase. Como se nota que Telecinco está en la quiebra, necesita reducir el importe del premio final del programa a toda costa.
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En unos segundos la apuesta se ha subido rápidamente. Empezó en 100 euros. Jessica Bueno entró en un enfrentamiento con Laura Bozzo, lo que la llevó a pujar una cantidad que asciende a 75.100 euros para que su deseo su cumpla. El cual consistía en poder hablar con sus hijos, se gasta así una enorme cantidad del premio que recibirá el ganador de la edición. Un hecho que ha provocado la indignación de todos sus compañeros.
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«La primera que se siente culpable de todo el dineral, soy yo. Aquí están en juego mis hijos y no iba a permitir que ganasen ellos, ellos siempre dicen que hay que jugar, pues nada, vamos a jugar», así explicaba Jessica. Entre esta situación y la expulsión de Luitingo, el último concursante en irse de la edición. Jessica ha perdido a su gran apoyo dentro de la casa. Después del comentado acercamiento que han tenido la modelo sevillana y el cantautor. Días antes de que esto sucediera, Pilar Llori le pidió a Luitingo que se alejará de ella.