La segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid ha contado entre sus protagonistas con el veterano diseñador argentino Roberto Torretta, quien ha presentado una colección plena de sutiles guiños a las tendencias de los año 90. Siempre, eso sí, respetando ese fiel equilibrio entre modernidad y tradición que tan bien le funciona siempre.
Una vez más, el eje central del desfile de Torretta ha sido la sastrería, con unos diseños impecables y elegantes, que recordaban gloriosas décadas pasadas. Las chaquetas están magistralmente armadas, mientras que los pantalones dan eso toque chic de modernidad que da el contraste perfecto entre lo clásico y lo urbano.
Abrigos perfectamente estructurados y potentes volúmenes en los bolsillos, pantalones rectos de cintura alta y bajos abiertos, vestidos largos y tipo cóctel con sugerentes cortes; blusas de estampados vegetales nos daban un pincelada de lo que veremos el próximo otoño-invierno en las calles.
Mención especial tiene la presencia sobre la pasarela del clásico esmoquin que se convierte en la opción ideal para la noche más sofisticada, con ese juego de mate-brillo, y como no, la prenda estrella del desfile : el vestido cóctel, una de las piezas más clásicas de este diseñador, en un elegante color negro y escote palabra de honor; todo un básico en el armario de la mujer al que sacar todo el partido. La simplicidad de líneas se rompe en el escote a través de los drapeados del pecho que, además, aportan volumen y movimiento.
Para sus materiales Torretta ha vuelto a confiar en su tejido fetiche, la piel, aunque también han tenido cabida otros tejidos como lanas a creps o sedas a motivos metálicos.
La colección muestra una paleta cromática que va desde básicos como el negro, pasando por el rojo, los tonos verdes, azules o marrón chocolate. Y entre looks monocolor, una pincelada de prints con motivos botánicos y florales que daban el toque divertido al desfile.
El broche de oro lo ponía Roberto Torretta al salir a saludar al público asistente con su hija, María, que desde hace ya un tiempo colabora con su padre, lo cual demuestra que el futuro de la firma está asegurado.
En definitiva, una colección que rezuma un elegante y atemporal estilo, convirtiéndose en el perfecto armario de la mujer del siglo XXI.