María Magdalena nos presentó este martes dentro del marco de jóvenes diseñadores, una colección denominada “integración”. Con ella, nos traslada a la ciudad de Sevilla dentro de una escena urbana de finales de los 90 y principios del 2000. La diseñadora parte de la referencia de la dualidad y se aleja de lo aséptico y puramente establecido como norma.
Es una propuesta con referencias a lo espontáneo, lo racial, lo puro, lo auténtico, lo meramente espiritual y religioso. Sobre la pasarela hemos podido observar vestidos con volantes en cuellos y mangas, prendas metalizadas, diseños con aire deportivo o abrigos de pelo. La paleta de colores es muy variada y va aumentando en intensidad de tonalidades, desde blancos hasta naranjas flúor, azules o colores metalizados hasta llegar a la oscuridad y sofisticación del negro. El sello “Tomma Magdalena” con la bandera española y la andaluza no nos ha dejado indiferentes a ninguno de los presentes en esta pasarela.
En las prendas que forman esta propuesta otoño-invierno 2017/2018 se ve el punto de inflexión entre canis y pijos, conviviendo en un mismo entorno sin necesidad de mezclarse.Diseños para hombre y para mujer con un punto de aire barroco en prendas confeccionados en terciopelo. El chocker se muestra como accesorio estrella de la colección, sin dejar escapar el detalle de los pendientes flamencos en las chicas, algo que sin duda nos lleva a la asociación de las prendas con el aire de feria de la capital andaluza.
En definitiva, la de María Magdalena, ha sido una propuesta que trata de profundizar en el conocimiento de uno, la aceptación y la integración de todas las partes del “yo”. Diseños que muestran la rebeldía, el espíritu de juventud y las ganas de proclamar al mundo como se es. La creadora andaluza ha confeccionado su colección más madura hasta la fecha.