Blanco y nude, los primeros rayos de luz tras el largo invierno. El despertar del letargo invernal y las ganas de claridad.
Azul, verde y turquesa representando los colores del cielo, del mar y de las aguas cristalinas que tanto inspiran y recuerdan a verano.
Verde, negro y amarillo para trasladarnos a esas largas noches de verano en las que el tiempo se detiene y nada importa.
Así es como Elie Saab ha presentado su colección para la Primavera/Verano del 2018 en la semana de la moda de París. El escenario elegido fue el Grand Palais de París, situado en los campos Elíseos. Y haciendo honor a su nombre albergó en la pasera toda la exuberancia, el frescor y la majestuosidad que contiene la selva Amazónica. Los monos, los conjuntos de blusas y minifaldas en colores que alberga la selva; los estampados tropicales, de pitón y étnicos en vestidos de gasa, pantalones fluidos y largas falsas semi transparentes aportaban ese toque de amazonas.
El diseñador libanés ha querido recordar la década de los 90 con colores vivos y frescos, pero, sobre todo, enseñando mucha pierna. De esta forma ha sacado el lado más sensual, sexy y glamuroso de una mujer que pisa fuerte, convencida de lo que vale y que sabe lo que quiere. Y eso es precisamente lo que ha quedado reflejado en un desfile acompañado por la canción Glue de Bicep, la sensualidad de la seguridad.
Las faldas con flecos, los encajes y plisados en las piezas han sido aplaudidos por su séquito de clientas y admiradoras que como siempre, no han sido defraudadas por el espectáculo exhibido y por la colección presentada. Sin duda alguna, la propuesta que nos trae Elie para la temporada que viene es una de las más atractivas en estos días en París.
Todavía nos estamos despidiendo del verano, aun estando en otoño, y ya estamos deseando que pasen los próximos 6 meses para poder lucir propuestas tan femeninas y fascinantes.