El Grand Palais de París ha vuelto a ser testigo de las espectaculares puestas en escena de los desfiles de Chanel en sus últimas colecciones. Desde ver despegar un cohete, recrear una estación de tren, un supermercado o una manifestación por las calles, Karl Lagerfeld consigue sorprender en cada una de sus presentaciones.
Ayer pudimos ver la colección Primavera-Verano 2018 en medio de la naturaleza, en la que había incluso cascadas de agua.
¿Estáis preparadas para el plástico? sin dejar de lado su ya emblemático tejido tweed, que se moderniza en forma de flecos en crop-tops y en minifaldas, el plástico fue el protagonista del desfile siendo utilizado de forma magistral en todo tipo de prendas.
Ya sabemos que el maestro de la moda tiene una gran capacidad visionaria, y en esta ocasión ha dejado con la boca abierta al trabajar con un tejido poco habitual en los talleres de moda como es el plástico transparente, y es que sólo los grandes genios son capaces de convertir materiales de la vida cotidiana en moda.
Desde sombreros, chubasqueros, bolsos, capas o botas, ha ido más allá creando prendas con flecos de plástico. Lagerfeld vuelve a apostar por la minifalda para las épocas del año más cálidas como símbolo de feminidad, tanto en trajes de chaqueta y vestidos como faldas con asimetrías.
Una constante en el desfile (al igual que en la colección de otoño-invierno) fueron las botas transparentes con puntera en color blanco o negro, que se han convertido en otro de los símbolos de la marca. En botines, por debajo de la rodilla o las actuales «over the knee«, pronto veremos las versiones low cost de estos modelos en las tiendas.
Para Chanel los colores de la primavera-verano de 2018 son los azules, en las diferentes tonalidades del agua, sus clásicos blanco y negro solos o combinados y los amarillos y rosa pastel. También ha fusionado el tejido vaquero con el plástico en forma de flecos en unos diseños que podemos calificar de «frescos» y muy «casual»Y es que nadie puede discutir que la moda es un arte que es capaz de transformar un material burdo en algo bonito.
Unos guantes de plástico son posibles, y combinarlos con joyas es, con poco, sorprendente.
Todos los detalles son importantes para Karl Lagerfeld que consiguió una colección envuelta en «plástico»