Como broche de oro de nueve días de glamour, Chanel cerró la semana de la moda parisina recreando un espectacular paisaje otoñal en el interior del Grand Palais, y es no hay colección sin escenografía para el diseñador Karl Lagerfeld. En esta ocasión volvió a apegarse a la naturaleza después de recrear paisajes exuberantes de cascadas y jardines franceses en sus dos últimos desfiles.
La colección era una oda al otoño en donde las modelos desfilaron a través de montones de hojas un total de 80 looks «ready-to-wear» que variaron desde el clásico tweed de Chanel hasta abrigos de pieles, vestidos de encaje negro y bufandas de gran tamaño;zapatos estilo Oxford en charol negro y botas mosqueteras con puntera dorada o estampada.
El espectáculo se abrió con una selección de prendas en tonos negros y grises que se acompañaron de guantes y bufandas de brillantes tonos azul, naranja y rosa y para finalizar el desfile, vestidos de encaje negro acompañados de guantes de cuero de colores muy brillantes. Entre las que lucían en la pasarela estaba la modelo Kaira Gerber, con un mini vestido de encaje negro, guantes rosas y pendientes con el logotipo de la marca.
La silueta se vuelve completamente rectilínea, mediante abrigos y faldas en tweed hasta los pies, combinadas con chaquetas cortas, en una serie de estilismos muy invernales, decorados con grandes bufandas de lana, mangas de pelo y abrigos de lana.
El diseñador y emblema de la casa, el alemán Karl Lagerfeld, introdujo además, varias piezas técnicas, como cazadoras de plumón que entraron en la firma en versión tweed, o reinventado las clásicas chaquetas rectas de la casa en este tejido impermeable de apariencia acolchada.
Una colección pseudomasculina, cargada de prendas con capuchas, pantalones de talle alto y pata ancha en tejidos brillantes tipo sirena, donde un moño alto despeinado culminó un estilismo, en líneas generales, bastante natural, también en el maquillaje.
La propuesta cerró con una serie de vestidos negros de corte años 20, con escote recto y de largo por encima de la rodillas o a la altura de los tobillos, combinado con accesorios flúor, como guantes rosa fucsia y maxibolsos de piel y bordados, que se llevaron a modo de bolso de mano.
Otra colección de ensueño de la mano del gran y misterioso Karl Lagerfeld que pone el punto y final a la temporada de desfiles de este 2018 que estamos seguros nos traerá muchas más sorpresas en cuanto a moda se refiere.