Los tiempos cambian, la sociedad avanza y las tradiciones evolucionan. El matrimonio es una de esas tradiciones que ha sufrido enormes modificaciones a lo largo de la historia. El concepto de matrimonio nació como un acto arraigado a la fe católica, donde dos personas, hombre y mujer, se unían en el quinto sacramento ante los ojos de Dios y de todas las personas que los querían. Hoy en día, esto ha dejado de ser así.
En primer lugar porque, y por suerte, la mujer ya no tiene por qué mantener su virginidad hasta la noche de bodas, y en segundo lugar porque al fin personas del mismo sexo pueden casarse. El origen del vestido nupcial se agarra a lo que su propio significado manifiesta: pureza e inocencia. Por esa misma razón, antiguamente las viudas no podían volver a casarse de blanco. Como ya no es obligatorio llegar virgen al matrimonio, que el vestido sea blanco tampoco tiene mucho sentido. Sin embargo, el 90% de las mujeres prefiere casarse vestida de este color. Muchas celebridades de la talla de Angelina Jolie, Sarah Jessica Parker, Julianne Moore o Jessica Biel rinideron homenaje al color y se unieron en matrimonio dejando el color de la pureza a un lado.
Vera Wang, famosa diseñadora estadounidense y reconocida por sus vestidos nupciales, apoya esta teoría y lanza la colección Vera Wang 2019, compuesta por diez vestidos nupciales y dos de invitada a todo color. Pese al choque que puede suponer este lanzamiento, Vera Wang se inspira en la mujer contemporánea del s.XXI, la cual rompe con cualquier estereotipo sin tener que renunciar a su feminidad ni al romanticismo.
Grandes volúmenes y de estilo claramente romántico, esta diseñadora se decanta por colores vibrantes como el rojo, el amarillo o el verde; creando ninfas envueltas en numerosas capas de tul, corsés bien posicionados y piezas como lazos y rosas de dimensiones voluptuosas. Vera Wang ofrece un diseño de cuento, sacado de cuadros como los que podrían ser de Dunst de von Trier. También se puede apreciar pinceladas de ese romanticismo tan característico de colecciones anteriores de otros grandes diseñadores como Del Pozo o el propio Valentino.
Vera Wang ha sabido elaborar a la perfección un equilibrio milimétrico entre elegancia y extravagancia. Paloma Álvarez suele decir que encontrar la elegancia en la extravagancia es muy complicado. Estamos de acuerdo, pero gracias a la base nude, la diseñadora estadounidense lo ha conseguido.
¿A vosotros qué os parece?