Una de las firmas más esperadas y reconocidas de la Semana de la Moda de París es, sin duda, Balmain. Aunque suene a tópico, la casa parisina nos sorprendió con su mezcla de culturas: el estilo francés con el egipcio.
Otra de las sopresas fue la presencia de Cara Deleingne. La modelo regresó a la pasarela y abrió el espectáculo de Balmain temporada primavera/verano 2019. Delevingne, muy segura de sí misma, lució dos looks de la nueva colección del director creativo Olivier Rousteing. La modelo había dejado el mundo de la moda porque le causaba estrés e inseguridades con su cuerpo. Durante este tiempo, ha cambiado las pasarelas por los sets de rodaje, llegando a protagonizar películas en los últimos años.
Además, por si fuese poco el regreso de Cara Delevigne, ella misma fue la encargada de abrir el show cantando “When doves cry” de Prince en playback, lo cual causó bastante revuelo en las redes.
Sobre la pasarela, desfilaron sudaderas y pantalones de combate pero al más puro estilo Balmain. Olivier Rousteing incluyó satén blanco, lentejuelas y un par de botas hasta los muslos. Todo en tonos blancos y negros, y en algunas excepciones en rosa palo o azul bebé.
También fue protagonista la tela vaquera y los pantalones rociados con brillantes que parecían diamantes y cuentas de espejo. Todas estas prendas recuerdan a los looks que lucen habitualmente la familia Kardashian.
Para la noche: vestidos ultra adornados, muy cortos y audaces. El diseñador reconoce que intenta conseguir “un nuevo tipo de sexy”. Según él, la colección se basa en la idea de que Egipto se encuentre con París. Las prendas impresas con jeroglíficos y pirámides nos transmitieron esta idea a la perfección.
También estuvieron presentes los años 80 pero con referencias contemporáneas. Un claro ejemplo fueron los bolsas encerrados en material lucita transparente y los minivestidos combinados con botas por encima de las rodillas.
Respecto al maquillaje, triunfaron las cejas naturales. Tal y como explicaba el maquillador Val Garland “no es una ceja de Instagram, es una ceja hermosa”. Y tenía razón, en este caso menos es más.
El estilista Sam McKnight optó por un cabello liso y húmedo, muy masculino. Peinados tanto recogidos como sueltos, eso sí, apartando siempre el pelo de la cara. Además de la ropa, los rostros también eran muy visibles, un maquillaje muy natural, llamado makeup no-makeup, ya que por ejemplo parece que las modelos no llevan pintalabios aunque en realidad sí, lucen tonos nude y bálsamo que les da un toque fresco pero natural.