Es innegable que Zoë Kravitz lleva el talento en las venas. Hija del músico y actor Lenny Kravitz y de la actriz Lisa Bonet, se inició en el mundo de los focos y las alfombras rojas con tan sólo 8 años, acompañando a su padre a la entrega de los MTV Video Music Awards de 1997, dejando ya muy claro que ese sería el comienzo de una larga trayectoria.
En 2007, durante su último curso de secundaria, Zoë Kravitz hizo su debut cinematográfico con la película Sin reservas, seguida por The Brave One, todo en el mismo año. Desde entonces ha estado envuelta en un sinfín de proyectos a nivel interpretativo, que incluyen cine, televisión, musicales, videoclips… Alcanzando la fama con papeles en «X-Men: Primera generación», «Divergente», «Mad Max: Furia en la carretera» y «Big Little Lies».
De forma paralela, también se zambulló en el mundo de la música, debutando con tan solo 16 años, hasta convertirse en líder de la banda Elevator Flight y fundar el dúo de R&B y electro-pop Lolawolf en 2014.
Por si esto fuera poco, a raíz de sus impecables apariciones en cada evento público, el mundo de la moda también se hizo eco de su presencia, tratándose ahora mismo de una de las figuras en cuanto a estilo, tanto en cualquier photocall o sobre la alfombra roja, como a pie de calle.
Ya en 2009 fue nombrada imagen del perfume «Princess» de Vera Wang. Cinco años más tarde, coprotagonizó junto a su madre una campaña de joyería de Calvin Klein y protagonizó la campaña primavera/verano 2016 de Balenciaga, además de caminar sobre la pasarela en el último desfile que su amigo Alexander Wang realizó para la marca. El año pasado, Zoë se convirtió en nada más y nada menos que en la embajadora global de YSL beauty.
Desde hace más de cuatro años, la artista está en manos de Andrew Mukamal, estilista que también está detrás de los estilismos de la modelo Kaia Gerber. En el caso de Zoe, opta para ella por siluetas tanto afiladas como al bies, y fuertes sentencias monocolor. Mukamal es el responsable de impecables apariciones de Kravitz como la del Festival de Cine de Venecia de 2014 con un vestido rojo cereza de Armani Privé, la de la gala amfAr de 2017 con un vestido de satén blanco superpuesto a un cuerpo brillante de Atelier Versace y la de la MET gala de 2017 con un espectacular vestido con capa en rosa empolvado firmado por Oscar de la Renta.
Pero, si nos tenemos que quedar con tres de todos los estilismos que ha lucido en los últimos meses en distintos actos públicos, nuestros favoritos son sin duda alguna estos que te dejamos a continuación: el de la última gala MET, de Saint Laurent; el del estreno de su última película «Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald» en Paris, repitiendo con Saint Laurent; y el de la premiere de la misma en Nueva York, de Alexander McQueen. Totalmente impecable.
Lejos de los focos, Zoë Kravitz sigue siendo un claro ejemplo de estilo; nadie domina el effortless chic como lo hace ella. Su día a día es una demostración de su habilidad a la hora de defender a la perfección siluetas finas y piezas refinadas de alta costura, pero con un aire fresco, dándole un toque cool a todas y cada una de las cosas que lleva puestas.
La mayoría de sus looks podrían encontrarse dentro del estilo boho. Para crearlos, tiende a evitar los estampados, recurriendo en gran medida al monocolor, especialmente en tonos neutros como el negro, el blanco y el camel o nude, y añadiendo en algunas ocasiones toques de color. En cuanto a los tejidos y texturas, a diferencia de lo que podemos ver de ella sobre la alfombra roja, en las que se atreve con todo lo que le echen (lentejuelas, tul, plumas, volúmenes, transparencias…), parece que su fiel aliado para la rutina es el vaquero, en todos sus formatos y tonalidades, aunque no deja nada de lado otros como el encaje y la red.