Tras su enlace secreto el pasado 15 de agosto en Miami en la que solo estuvieron presentes nueve personas llega la ceremonia civil en La Habana.
Para Elena Tablada es un sueño hecho realidad, «La verdad es que nunca pensé en casarme, pero alguna vez hablando con Javi le comenté que de ser así, me encantaría que fuera donde lo hicieron mis abuelos así rendirle un homenaje a mi abuelo, que ya no está aquí, y poder trasladar a mi abuela después de tantos años».
Parece ser que en un principio la noticia no sentó muy bien entre algunos invitados ya que no es nada fácil cuadrar agendas y viajar siendo el enlace al otro lado del océano, pero, finalmente fue posible y les acompañaron aproximadamente de 200 invitados entre amigos y familiares que volaron mayoritariamente desde España pero también desde Miami, Los Ángeles y Dubái. Las ausencias más llamativas y que seguro a Elena más apenaron fueron la de Eva González, que está inmersa en las grabaciones de La Voz, y María José Suarez, dos grandes amigas de la diseñadora.
«El valor sentimental que tenía para Elena que nos casáramos en Cuba me era suficiente para no tener que pensarlo mucho, la decisión era fácil», apunta Ungría para la revista Hola.
El enlace tuvo lugar en la Iglesia de San Juan de Letrán, la misma iglesia donde se casaron los abuelos de la novia setenta años atrás, que fue decorada con decorada con mucha vegetación de los campos de Cuba y el convite y la fiesta posterior se celebraron en «La Divina Pastora», un espectacular restaurante ubicado al pie de la fortaleza San Carlos de la Cabaña, a la entrada de la bahía de La Habana, con impresionantes vistas al malecón y a la Ciudad Vieja.
Para este enlace tan importante y especial Elena eligió un vestido de línea sirena con manga larga del diseñador Fernando Claro realizado en muselia de seda y bordados geométricos en hilo de seda «ivory» y cristal en el que los artesanos del taller del diseñador invirtieron mil seiscientas para conseguir el acabado perfecto. El look lo completaban un velo de tul de seda, zapatos diseñados conjuntamente con Custom & Chic, pendientes de Moon Diamonds y el ramo que era de flores preservadas: orquídeas, hortensias y rosas, con hojas verdes y un toque tropical.
“Ya que me casaba, me gustaba que fuera como en los cuentos de hadas” aseguró la novia
Para trasladarse al lugar de la celebración hicieron un original recorrido por las calles de la Habanapara el que utilizaron una moto con sidecar, conducida por Javier Ungría. Para este trayecto la novia utilizó una cazadora de cuero con las palabras «Mrs. Ungría» bordadas a la espalda.
«La Divina Pastora» se llenó de colores tropicales flores como ave del paraíso, heliconia y alpinia, la flor protagonista del evento. El cóctel y posterior cena, corrió a cargo de dos conocidos restaurantes de Cuba en el que los invitados degustaron lechón, yuca con mojo y tamal en cazuela, platos típicos de la gastronomía de la isla. En la mesa de postres la «pieza» clave fue un galeón español con monedas de oro y plata, un ancla y un cañón que representaba la batería de cañones del siglo XVIII que defendía la ciudad. El cigar bar de puros cubanos y una barra con cócteles típicos de ron tampoco faltaron.
Ya para el baile Elena se utilizó un segundo vestido también del diseñador Fernando Claro de estilo helénico, de seda plisado sin mangas y bordados de flores en cristal, perlas y cuentas de color hielo. El conjunto se completó con unos pendientes de Baroka Jewels y una diadema de El Ropero de Pi. Con este segundo vestido Elena pudo bailar cómodamente hasta el amanecer envuelta por los ritmos del Caribe.
«Regresar a Cuba con toda mi familia, que llevaba fuera del país más de cincuenta años, ha sido algo increíble. Por eso la energía era tan fuerte que emocionaba y dejaba sin aliento», cuenta Tablada. Fue Tablada quien se empeñó en que así fueran las cosas y el enlace fuera allí: «Todo esto ha pasado gracias a mi marido, que aceptó toda esta locura solo para hacerme feliz a mí», reflexiona Tablada en agradecimiento a su recién estrenado marido.
Así como Elena se cambió de vestido para estar más cómoda los novios regalaron a sus invitadas unas cómodas chanclas playeras con sus caras dibujadas gracias a las que pudieron bajarse de sus tacones y seguir el ritmo de la fiesta, estamos seguros de que Elena también guardó unas para ella.