DESASTRE BY PITUFA| Pontevedra, 14 Octubre
El pasado 04 de Octubre se celebró en París el desfile de la firma Alexander Mcqueen. Cada desfile es una nueva ocasión para Sara Burton de demostrar que su predecesor no erraba en su decisión de dejarla al cargo de los diseños de la firma y, una vez más, la aprovechó al máximo. Cada colección es más Burton pero muy McQueen también y poco a poco nos hace amar su trabajo como, en su momento, lo hicimos con el de él. Además Burton no pierde oportunidad de tenerle presente en cada una de ellas, en ocasión él está presente en la inspiración.
Burton se inspiró en losHugonotes, protestantes perseguidos que vinieron de Francia para instalarse en Inglaterra y convertirse en los primeros artesanos de la seda del país, entre los que se encuentran los orígenes de la familia McQueen.
«Esta colección es una oda a la artesanía, a los hugonotes que vinieron a Spitafields con los bolsillos llenos de semillas de flores, me encantaron las historias de cómo llegaron con muy poco, trayendo semillas y bulbos en sus bolsillos para crecer” explicaba la diseñadora.
Sara Burton tiene un don especial para jugar con las reglas que ella misma se inventa y conseguir resultados espectaculares. Vestidos delicados, ligeros y femeninos con corte asimétrico, de manga larga, de cuello alto, con volantes, con siluetas tubo, con plumas en cascada, vestidos largos con bodies muy ajustados, vestidos increíblemente sexis frente a otros maravillosamente castos y Sara no se cansa y sigue jugando y sube a la pasarela vestidos superpuestos sobre pantalones, una propuesta que muchos creerían imposible pero, en sus manos, nada lo es.
Destacan entre estos vestidos dos creados con transparencias y brillos a través de dibujos de aves en colores blanco y negro sobre encaje.
En la colección también encontramos chaquetas que en ocasiones, acompañan a estos vestidos y parecen parte de ellos, trajes sastre masculinos y conjuntos realizados en tejido vaquero rasgado y bordado con flores.
Con una estética romántica y delicada que nos transporta a la Época Victoriana gracias, a la paleta es de colores empolvados en la que únicamente tienen permiso para colarse el blanco, el negro y el rojo y a sus elementos fundamentales, volantes, bordados florales, encajes y pedrería.