Los reconocidos diseñadores italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce fueron condenados el pasado miércoles por el tribunal de apelación de Milán a una pena de 18 meses de prisión, tras ser acusados por un fraude fiscal de 200 millones de euros.
La acusación se remonta a abril de 2015, cuando Domenico de 55 años y Stefano de 51, fueron imputados por falsear declaraciones de la renta para evitar pagar 416,8 millones de euros cada uno. La inexactitud en sus ingresos parece haberles delatado, pues si en un primer momento el Juzgado de Milán desestimó el caso por falta de pruebas, en una segunda instancia el Tribunal de Casación –correspondiente al Tribunal Supremo español- revocó la decisión y tomó el caso. Parece que tantos millones de euros no querían pasar desapercibidos y se han convertido en la gran pesadilla de los prestigiosos creadores de la casa de alta costura D&G.
La presentación de recursos, recursos y más recursos no han servido de nada ante la firma decisión del Tribunal de Casación italiano que cree que existen indicios demasiados claros para llevar a los diseñadores a juicio. Los creadores, indignados, se muestran en total desacuerdo y para demostrarlo han dejado la totalidad del asunto en manos de su abogado Massimo Di Noia. Tal ha sido la poca involucración de los modistos en el caso que no llegaron a presentarse a los tribunales. Aun así, hasta el próximo 14 de diciembre, el juez no se manifestará para emitir el auto definitivo que aclare los delitos y la pena con la que ambos serán castigados.
Los diseñadores de origen siciliano, ya fueron imputados en junio de 2013 a un año y ocho meses de prisión por un fraude fiscal estimado en 1000 millones de euros. Entonces, la fiscalía pedía una pena de dos años y medio pero la pena ha sido reducida por apelación al haber prescrito algunos de los delitos por los que habían sido imputados.
¿Reincidentes? Aún no lo sabemos. Lo que sí sabemos es la reacción de los diseñadores –más concretamente la de Gabbana- que mostraron su rabia a través de redes sociales como Twitter: «Ladrones!!!!!! No saben cómo hacer para quitarnos el dinero. Es verdad lo que se dice de que en Italia hacen lo que quieren a su gusto». Y añadió: «Quizás sería mejor marcharse de este país. Posteriormente, en otro mensaje –ya en un tono más apaciguado- se compadecía del futuro que les esperaba a sus 5000 trabajadores en caso de que fuesen declarados culpables pues se enfrentan a una pena de hasta 5 años de cárcel.
FUENTE: AFP. Milán.