Y yo me pregunto: ¿un tema que ya está tan manido y que no nos va a decir nada nuevo; una escenografía minimalista y austera; y tan solo tres personas en el escenario, descalzas y uniformizadas, puede realmente llegar a sorprender a alguien?
Y la respuesta es sí. Puede. Porque ‘Mi historia, nuestra historia’ es real. Real e intensa. Nada está sobreactuado y todo viene a cuento.
Esto fue lo que dije la primera vez que vi la obra. Y hoy tengo el placer de hablar con la escritora del guion, que además es una de las actrices de ‘Mi historia, nuestra historia’. Qué ganas tenía.
A mí me gusta comenzar hablando de los principios. Me gustaría que me contaras cómo surge ‘Mi historia, nuestra historia’.
‘Voy a escribir una obra’; eso fue lo primero que pasó por mi mente. He estudiado trabajo social y siempre he estado rodeada de un entorno bastante crítico, sobre todo en la universidad. Me chocó presenciar cómo varias de mis amigas o mujeres de mis círculos más cercanos sufrieron algún caso de violencia de género. Unas se dieron cuenta, pero otras no. Salir de ahí es muy difícil. Por eso me pareció tan importante hablar sobre violencia de género.
¿Y por qué el teatro? ¿Por qué no el cine o un libro?
Soy actriz y el teatro siempre me ha parecido un megáfono enorme para decir aquello que necesitas decir.
“‘Voy a escribir una obra’; eso fue lo primero que pasó por mi mente”
¿Cómo surge la Compañía Abril?
Surge después de ‘Mi historia, nuestra historia’. Lucía, la otra actriz, y yo ya nos conocíamos por ‘La cuarta pared’. La compañía nace por necesidad. Todas nos conocíamos de la escuela de arte dramático, y al terminar, necesitábamos un entorno que nos ayudara a crecer, a soñar profesionalmente para empezar a trabajar.
El texto es lo primero que aparece. Lo hemos ido trabajando durante unos 3 años.
Y para una compañía, ¿qué importancia tiene la productora?
Mucha. Nuestro caso fue algo extraño, porque a Gessas Producciones le llega la obra ya montada. Normalmente no es así. Una productora no solo distribuye, sino que suele estar desde el principio. Por tanto, al principio, nos dio un poco de miedo. Teníamos dos opciones: que le gustase o que no. Por suerte, le gustó y aquí estamos.
¿Formar parte de una obra que has escrito tú es más fácil o más difícil que ser externa a ella?
A la hora de interpretar, siempre es más fácil. Sabes qué es lo que tratas de decir en cada momento. Pero a la vez, también es una dificultad porque existen otros dos puntos de vista: el de Lucía y el de Alba, la directora. Has de ser consciente de que la obra trasciende por un camino común, no por el que tú escribiste al principio. Hay cosas que cambian. A veces no estás de acuerdo, pero también agradeces que te descubran cosas de las que ni siquiera eras consciente al principio.
¿Cómo ha sido la relación con el resto el reparto?
La relación es muy buena porque somos amigas y porque llevamos mucho tiempo juntas. Aunque, eso también complica las cosas. Cuando decidimos alargar el texto, tuvimos que tener muy presente la idea que queríamos trasmitir: ‘te puede pasar a ti’. El texto nunca ha estado cerrado, por eso ha sido un proceso creativo común.
“Desechamos la idea de tener hombres en escena, no queríamos que ellos fueran los malos. No queríamos que ‘Mi historia, nuestra historia’ fuera solamente una historia de maltrato”
Has estudiado trabajo social y has tenido cerca a personas que han sufrido experiencias relacionadas con la violencia de género. A pesar de todo esto, para escribir una obra con una temática como esta, ¿te has tenido que documentar?
Todo lo que he escrito ha sido gracias a experiencias que me han ido contando. En otros casos y en otros textos en los que estoy trabajando sí, por supuesto. La investigación es una parte muy importante a la hora de escribir una obra.
‘Mi historia, nuestra historia’ cuenta con una puesta en escena muy sencilla, pero que consigue jugar con los sentimientos del espectador. Es pasional, es intensa y acaba con un mensaje positivo. ¿Pero positivo por qué?
Partimos de que es una obra con una temática fatal. Por tanto, decidimos que no queríamos centrarnos única y exclusivamente en eso. La obra no da una solución al problema, solo cuenta las experiencias que han vivido las protagonistas. Queríamos que la sensación de hermandad y amistad fuera un poco la base de la obra
El tráiler no cuenta realmente que la temática es violencia de género. Es una historia de amistad, de apoyo, y te hace ver que puede que tengas a alguien al tu lado que te pueda echar una mano.
Desechamos la idea de tener hombres en escena, no queríamos que ellos fueran los malos. No queríamos que ‘Mi historia, nuestra historia’ fuera solamente una historia de maltrato.
Y a una persona que no ha visto la obra, ¿qué le dirías?
Suelo ser sincera en cuanto a la temática. Es una obra bastante intensa, pero le contaría un poco el principio. En él, Elena se dirige al público y lo advierte de que recibirán obra de forma diferente porque todos sentimos de forma distinta.
¿Cuál es el objetivo de ‘Mi historia, nuestra historia’?
Vivimos en una etapa en la que parece que el feminismo se ha puesto de moda. Ahora hay muchas obras de temática feminista, cosa que está bien porque eso sirve para que la gente se de cuenta de que hay ciertas cosas que pasan desapercibidas y que son importantes.
Esta obra busca dar un paso hacia adelante y apartar lo malo para quedarnos con lo bueno, que es que se puede salir. Muchas personas tienen prejuicios o fijan estereotipos en cuanto a qué tipo de mujeres y/u hombres pasan por situaciones de violencia de género. Pero no hay perfiles. E insisto, le puede pasar a cualquiera.
“Vivimos en una etapa en la que parece que el feminismo se ha puesto de moda”
¿Dirías que España es un país seguro?
Depende de con qué lo compares. Creo que nos queda mucho que paliar, pero hay un movimiento muy importante.
¿Se comercializa con el feminismo?
En el momento en el que Inditex saca una camiseta con la palabra ‘Feminismo’, el movimiento deja de ser un movimiento exclusivamente social y político. Estoy en contra de que se comercialice con algo tan serio, pero si te das cuenta, podemos verle el lado positivo. ‘Esta tendencia’ ha provocado que muchas mujeres y hombres se empiecen a preguntar qué es el feminismo y que se cuestionen sobre qué cosas estaban haciendo bien y qué cosas estaban haciendo mal. Por un lado es positivo porque se llega a perfiles a los que no se llegaba antes, pero se pierde todo el contexto social-político.
Sin embargo, la palabra ‘feminismo’ es algo ambigua para algunos y algunas. Todo el mundo habla de ella, pero no todos saben qué significa. ¿El problema es la falta de información o el conformismo ante la falta de información?
La falta de información la tiene quien la tiene que tener. Hoy en día no hay excusa. Todo el mundo tiene acceso a Internet, aunque es cierto que ahora mismo no contamos con un sistema educacional que no enseñe sobre ello. Y es un error.
Y una mujer que acepta las políticas de un partido ultraderechista como es Vox, ¿qué crees que pasa por su cabeza?
Tú te informas si te quieres informar. Me parece que estos casos tienen mucho que ver con la situación familiar y con las facilidades económicas de las que disponga. Puede que no le hayan dejado ver las problemáticas que existen en la vida real, fuera de ese mundo burbuja.
“La falta de información la tiene quien la tiene que tener. Hoy en día no hay excusa”
¿Qué es ser machista hoy en día?
Cada mujer se pone los límites donde quiere. Puede que a una mujer le resulte machista que la piropeen por la calle, pero puede que a otra no. Yo me considero una mujer muy feminista, pero cometo micromachismos todos los días. De unos me doy cuenta, pero de otros no. Todos tenemos mucho que aprender. Es un aprendizaje continuo.
La obra te enseña que el maltrato psicológico es más peligroso que el físico, ¿por qué?
Porque es más difícil de ver y se puede alargar más en el tiempo. Si apareces todos los días con un ojo morado, la gente te va preguntar qué te pasa. Pero si te vas aislando poco a poco… Es un proceso mucho menos llamativo y no hay un boom que te despierte.
¿Y qué crees que pasará el 28 de abril?
No lo sé. Pero francamente, confío en que la gente espabile.