Foto encabezado: Pedro Ángel Sanchez
No se me ocurre un mejor plan para el sábado que disfrutar de un concierto, y más aún, si es un buen concierto.
Ayer tuvo lugar en la sala Riviera de Madrid el concierto de Funambulista. Un gran directo, mucha emoción y un silencio inexistente acaparado por la letra que el público se sabía de memoria.
Diego Cantero aparece en escena a las 21.01h de la noche. El concierto comienza de forma sorprendentemente puntual. La sala La Riviera se encuentra atestada de gente que viene a disfrutar de su momento, de un instante ofrecido por uno de los mejores cantantes del territorio nacional. La voz de Funambulista pregunta a su público cómo está y comienza a interpretar sus sencillos a medida que va contándonos una historia que nos provoca querer más.
En multitud de ocasiones la sala se queda sin la presencia de Diego, pero no importa. El público se sabe la canción. Perdonad, el público se sabe todas y cada una de las canciones. Tanto que, en Cómo un idiota, a los medios nos es imposible escuchar a Funambulista, sino que escuchamos una marea de voces que vive la canción. Las palmas, la vivacidad, los bailes y la alegría es palpable. El buenrollismo es el protagonista.
El grupo presenta su nuevo trabajo, El observatorio. Pero no se queda ahí. Es consciente de que son imprescindibles canciones como Quédate, Quiero que vuelvas, Me inventaré, entre otras. Yo ya he dejado mi profesionalidad a un lado, la libreta a otro e Instagram en el aire; y si grabo, por encima de todo se escucha las ganas y la emoción que este artista trasmite. Porque ojo, cuando menos te lo esperas, Diego se cuela entre el público, se pasea entre las personas que han ido a disfrutar de su música y luego vuelve, como si nunca se hubiera ido. Porque lo único que este grupo quiere es que sus fans se lo pasen bien.
¿Un momento inolvidable? ‘Esta canción se la quiero dedicar a la mujer que me ha permitido ser papá, a la mujer de mi vida, María’. Ni los guiones de Nicholas Sparks nos emocionan tanto.
El Observatorio Tour ha comenzado fuerte. Esta noche ha estado llena de momentos para saltar, palmas al son del compás y de dulces instantes que nos han enternecido profundamente. ¿Lo mejor? Sin duda, el final, nadie quería que la noche acabara. Se nos ha hecho corto. El grupo lo sabe, y se va por todo lo grande, porque no son ellos quien cantan Quiero que vuelvas, sino el público; y que la gente interprete tu canción de principio a fin, es el sueño de cualquier artista.
Funambulista nunca defrauda. Con ellos, nunca es suficiente. Solo podemos añadir algo más: enhorabuena y mucha suerte para el resto de la gira.