La décima gala de Gran Hermano 16 que tuvo lugar anoche se podría sintetizar tan fácilmente como un culebrón en directo, pero entonces no tendría sentido publicar dos renglones en Hoy Magazine.
Tras no haber podido estar con todos ustedes la semana pasada por problemas de tiempo, ya estamos aquí de nuevo comentando el espectáculo que, juntos, se hace menos fatigable.
Sofía, Raquel y Marta se jugaban la expulsión. La hija de Mayte consiguió salvarse, dejando a las otras dos con la incertidumbre durante media hora. Lo demás es sobradamente conocido: especie de sonido procesional de Semana Santa con toques de la Marcha Imperial que acompañan al nombre del/la eliminado/a de turno, que Milá da a conocer. En este caso, se trataba de nuevo de Raquel. La fisioterapeuta no aprendió sus errores en Guadalix, por lo que su segunda oportunidad se terminó, y podemos suponer que su aventura en la casa, definitivamente, también.
Como tentempié para recibir a la extremeña, ahí lanzaban insufribles resúmenes de edredoning entre la expulsada y Suso, pero también entre Sofía y Ricky. El espectáculo del Lago de los Cisnes sobre monopatines eléctricos (oficiales del programa) tendría mejor cabida incluso en una gala de José Luis Moreno, si lo queremos considerar espectáculo. Y, después, la prueba de encontrar un objeto. En este caso era un espejito, que Han fue el afortunado en encontrar y que le dio la inmunidad.
Entre tanto juego, Raquel llegó al plató cual Rocky Balboa, abrazada y consolada por todos sus seres queridos. “No quiero estar aquí, mami”, decía llorando la fisioterapeuta. Ahí tuvieron lugar varios rifirrafes con Mercedes Milá, quien tuvo que frenar las dosis de victimismo que la extremeña desprendía. También tocaba dejarla asombrada con las conversaciones ocultas y la conexión con Guadalix, donde tuvo una tensa despedida con Marta; todo lo contrario con su amor, Suso.
Tras repasar la gesta de la recién expulsada, toca repasar los tres candidatos de la semana que viene: Suso, Sofía y Marina. Si la suerte no les favorece, podríamos tener juntos a los dos enamorados cada jueves con Mercedes, o a Mayte con su hija. Habrá que tener paciencia para tener reunidos a los tres y degustar los debates que allí lleven a cabo. Y ahora, por fin, hasta el próximo jueves.