Hemos cambiado. Todos nosotros. Ha cambiado nuestra cultura, nuestros gustos y nuestra ética. La industria de la moda también lo ha hecho, y a pesar de que sigue siendo la segunda industria más contaminante del planeta, hay firmas que ya son conscientes de la insostenibilidad de la situación. Por ello, se comprometen a cambiar sus cadenas, así como su forma de producir. Prada ha sido la siguiente, le ha dicho chao a las pieles.
Aunque no es la única. Porque muchas otras marcas de alta costura ya lo hicieron en su momento: Armani, Gucci, Versace, Furla, la británica Burberry, las estadounidenses Donna Karan, DKNY y Michael Kors, así como el diseñador francés Jean-Paul Gaultier se han adherido a la causa. Llama la atención, la abundancia de firmas italianas. ¿Esto querrá decir algo?
Sea como fuere, Prada anuncia que dejará de utilizar pieles para la creación y confección de sus nuevas colecciones. Ha sido aplaudida y vitoreada por las asociaciones de defensa de los animales. ¿Pero lo hará de forma inmediata? No– demasiado bonito para ser verdad–. Sino que la casa italiana se esperará a 2020. Cosa que, a las personas que trabajamos en moda y/o periodismo nos huele a chamusquina. Es el primer paso, pero de aquí a 2020, pueden pasar muchas cosas.
No obstante, la firma asegura que mantendrá un «diálogo positivo» con Fur Free Alliance (FFA), asociación que defiende el bienestar animal con la ayuda de 50 organizaciones en más de 40 países.
«Innovar y responsabilidad social forman parte de los valores fundadores del Grupo Prada. La decisión de adoptar una política ‘libre de pieles’ (…) es un paso importante«
Aunque Prada no es solo Prada. Esta firma arrastra a otras casas de moda como Miu Miu, Car Shoe y Church’s, las cuales se unen a la lista– por fortuna, cada vez más larga– de marcas que están en contra del maltrato animal y, por consecuente, de la utilización de las pieles. Esta decisión supone un cambio importante. Prada siempre ha sido una marca con un gran sobrenombre, y que haya decidido apoyar una causa como esta conlleva buenas noticias para el bienestar del ecosistema y de las generaciones futuras.
La hora del cambio ha llegado. Y no podemos negar que nos enorgullece que así sea. Aunque habrá que esperar a 2020 para comprobar si el compromiso de esta casa italiana es real o es solo una campaña de marketing tergiversada por circunstancias atenuantes.