Las referencias artísticas en el mundo de la moda ya son algo universal. Con la inspiración de Henry Matisse y su pasión por lo pictórico y lo textil, la diseñadora Dolores Cortés presenta una pasarela llena de colores y de armonías que homenajean a las diferentes culturas ancestrales y primitivas.
El desfile da comienzo con looks que invitan a disfrutar de una tarde de playa: gran variedad de estampados, mucha vivacidad y tonalidades que fomentan la alegría propia de la estación más estival. Todos tenemos ganas de verano.
Cortés se atreve con estructuras fluidas y drapeados con lúrex que buscan una uniformidad entre estructuras rígidas y otras más formales. A medida que avanza el desfile, se puede apreciar moda de baño con estructuras elegantes y trikinis drapeados. Los pañuelos con frunces se ajustan a la figura de la mujer a la que visten, la languidecen y le dan color forma y mucho movimiento.
La inspiración, como ya es un habitual en la marca, nace de los estampados tropicales, aunque no llaman demasiado la atención. La diseñadora ha sabido encontrar el equilibrio perfecto para hallar la distinción.
Los pañuelos con frunces se ajustan a la figura de la mujer a la que visten, la languidecen y le dan color forma y mucho movimiento
Se distingue una gran cantidad de detalles entre las propuestas. Estas establecen dicotomías como bordados efecto collage, borlas y flecos de seda que ofrecen una suntuosidad de influencias orientales.
La paleta cromática se entremezcla. Los colores se yuxtaponen para crear combinaciones efecto calor-frío. Las tiaras coronan a las maniquíes. Masario Hats ha hecho un gran trabajo.
El escenario sobre el que se presenta Matisse es espectacular. Grandes luces neones sobre una alfombra y un jardín de palmeras y espejos que deslumbran a los asistentes. No obstante, el recorrido es bastante torpe. Las modelos se confunden en numerosas ocasiones. Además, también sufren algún que otro percance, pero así es el mundo de los desfiles: impredecible.
No obstante, el ritmo sobre pasarela es bueno y el resultado emerge de la profundidad de los océanos: las chicas de Dolores Cortés son mujeres que se convierten en sirenas con estampados eclécticos, donde conviven culturas árabes, dibujos geométricos, hojas y rayas. Para las que quieren tenerlo todo en su bañador.
En definitiva, la colección primavera-verano de Dolores Cortés representa un universo gráfico-ornamental que apuesta por un estilo nómada, fresco y sofisticado al mismo tiempo.