Hacía ya un año que Modesto Lomba no presentaba colección en el marco de la MBFWMadrid. El pasado Enero, aunque sí que cumplió con sus obligaciones como importante miembro de ACME, Devota y Lomba no formó parte del calendario oficial. En esta ocasión regresa, fiel a su ADN tan característico.
La sala Mercedes Benz, casi completamente llena, no exhibe más decoración que una especie de laguna vacía de forma redonda y color blanco nuclear situada en el centro de la sala. Esta especie de estanque de jardín ultramoderno parece un anticipo de lo que está por venir, recordándonos el carácter diáfano por el cual la firma es ampliamente reconocida.
Al ritmo de una banda sonora profunda y de tintes orgánicos, ante nosotros los volúmenes localizados que tan bien trabaja el diseñador en silueta se mudan a volantes y lazos que marcan forma e imprimen carácter. Las mangas no se descuidan, y podemos observar como el patronaje hace su labor, afinando su forma y perfilando unos hombros hacia una silueta más ortogonal.
Modesto Lomba, en su línea, vuelve a traer la belleza más depurada a la pasarela madrileña
Se aprecia inmediatamente en las diferentes propuestas claros elementos prestados del naive y el estilo marinero, como los cuellos bebé o la profusión de lazos y chorreras en el primer caso o las líneas de borde en el segundo. Estos componentes tan marcados se ven contrarrestados, sin embargo, con siluetas femeninas de gran fortaleza que, en contraste, resultan relajadas y sencillas a la vista.
En cuanto a las tonalidades, los blancos y las tinturas lisas en crudos, rosados y delicados azulados dan paso a estampados florales en tonos más rojizos sobre delicadas sedas plisadas que conforman diferentes prendas. Tras la introducción de algún negro como rotura, se incluyen al final de la propuesta amarillos y celestes más potentes, combinados con estampados que encuentran su contrapunto en detalles en negro que delinean la prenda.
El carrusel resulta atractivo. Hemos podido observar como las modelos, exhibiendo el elegante movimiento de las caídas de las prendas más largas, se posicionaban alrededor de la laguna iluminada presentando siluetas en triángulo y algo más rectas. Modesto Lomba, en su línea, vuelve a traer la belleza más depurada a la pasarela madrileña.