La soledad siempre ha sido uno de los mayores y temidos miedos del ser humano. Y está muy bien todo lo que dicen de que también hay que saber estar solo de vez en cuando y poder conocerse a uno mismo, pero realmente a largo plazo, a todo el mundo nos da miedo no estar rodeado de gente que nos arrope, que nos cuide un poco y nos haga sentir que estamos acompañados.
Nos ha tocado vivir la generación millenial, con las tecnologías por bandera. Pero las redes sociales fomentan este sentimiento. Nos hacen creer que todos nuestros followers siempre están haciendo cosas y que están felices, y mientras tanto nosotros en nuestras casas mirando a través de una pantalla todos los planes que hacen.
Así comenzó la obsesión, una competición por ver quien se aburre menos y quien es capaz de pasárselo mejor. Así comenzó el fenómeno JOMO (Joy Of Missing Out), la alegría por perderse planes. Esta nueva filosofía de vida fomenta el quedarse en casa de vez en cuando y no cambiar los planes originales por otros que realmente no son tan apetecibles en ese momento.
«La clave de todo reside en disfrutar de lo que se está haciendo sin presiones sociales externas»
Este nuevo concepto nace por oposición a FOMO (Fear Of Missing Out), miedo por perderse algo. Intenta mostrar que en el momento en el que surja un plan, nadie debe sentirse obligado a llevarlo a cabo si no es lo que le apetece en ese momento. Para ello, el movimiento JOMO propone tres pautas para poder combatir la ansiedad que se genera al sentir que nos estamos perdiendo algo muy bueno:
1. Vive el momento
Puede que mucha gente nazca con esta habilidad innata y sea capaz de valorar cada segundo de su vida, pero mucha otra necesita aprenderla. Por ello, la primera recomendación es disfrutar de cada momento que se esté viviendo, ya sea solo o acompañado. De este modo se podrán dejar a un lado todos los pensamientos relacionados con lo que están haciendo los demás, y no se tendrá la sensación de perderse nada.
2. Desconecta
Esforzarse por olvidar todas las obligaciones y responsabilidades que no paran de rondar nuestra cabeza. Por el bien de nuestra salud mental tenemos que intentar relajarnos y llevar a cabo actividades que permitan esa evasión de la rutina diaria. Así, tendremos un mayor control sobre nuestros pensamientos y nuestras emociones.
3. Disfruta de la soledad
Muchas veces toda la ansiedad que nos produce estar solos o no tener planes está relacionado con otra cosa que va más allá de la soledad. Por eso debemos más que nunca intentar dedicar un poco más de tiempo para nosotros mismos, reflexionar, leer un libro o incluso aburrirse. El aburrimiento en muchas ocasiones ayuda a explotar nuestra creatividad. Puede que sea la tarea más difícil, pero sin duda es la más importante, debemos aprender cómo somos y lo que nos hace bien.
He aquí una pequeña ayuda a no sentirse obligado a hacer algo o a acudir a algún lugar simplemente por el hecho de sentirse aceptado por un grupo. La clave de todo reside en disfrutar de lo que se está haciendo sin presiones sociales externas.