Las mezclas de colores pueden suponer un objeto de debate visual de proporciones mayores a las que uno se imagina: desde los anuncios que realiza anualmente Pantone para teñir doce meses de un tono que se analizará hasta la saciedad hasta las diferentes versiones que pueden existir de uno aparentemente, pasando por las connotaciones generacionales que pueden acarrear. Hace más de dos décadas, la mismísima Lady Di ya anticipó lo que años después se convertiría en tendencia hace dos temporadas, y que ahora marcará parte del otoño-invierno 2019/2020: el rojo y rosa.
A pesar de que la gama de los neutros ha sido la tónica habitual en las pasarelas, tanto gracias a la permanencia de la sastrería como del auge del estilo seventies con un punto burgués; sin olvidar la estética gótica y punk que tienen gran parte de su razón de ser en el negro, los colores vibrantes han tenido la suficiente presencia como para hacerse con la conversación de moda. El turquesa y el amarillo han destacado entre muchos, pero el rosa fucsia ha sido sin duda uno de los que más fuerte pegó el invierno pasado.
La materialización en looks diarios más sencilla sería, recurrir a piezas independientes que creen bloques de color, pero el recurrir a una única pieza con los dos colores puede resultar incluso más sencillo, especialmente si hay neutros en la ecuación. Quizás, eso ayude a terminar de eliminar posibles prejuicios que todavía puedan existir y a terminar de caer en el enamoramiento de uno de los dúos cromáticos más ineludibles de la temporada.
Y es que, sin duda, tandem del rojo y rosa es uno de los más favorecedores de los últimos años. Y no lo decimos solo nosotros, muchas de las celebrities del momento han apostado por esta tendencia bicolor que tanto nos gusta. Así, hemos podido ver a auténticas it-girls como Sarah Jessica Parker o Emma Stone luciendo conjuntos en estas tonalidades, y dejando claro que los bloques de color han vuelto para quedarse.