Desde la explosión de la subcultura gótica a finales de la década de los 70, no hemos dejado de ver cómo las influencias macabras del quattrocento, o temáticas como la esclavitud o el Memento Mori han atraído irremediablemente a los diseñadores. Traducidos a través de visiones morbosas, kitsch y románticas, estos elementos han penetrado temporada tras temporada en las pasarelas, mostrándonos los villanos de la infancia de Galliano, los órganos internos enroscados de Van Herpen o la obsesión gótica de McQueen, nuestro primer protagonista.
Alexander McQueen
Hay un nombre que es obligatorio mencionar cuando hablamos de horror y moda. En 1992, Lee Alexander McQueen presentaba su colección de graduación «Jack el destripador acecha a sus víctimas», con chaquetas forradas con cortes de cabello humano y sedas sanguinolentas jalonadas de alambre de espino. Con el desarrollo de sus siguientes colecciones, este enfant terrible consolidaría su oscuro lenguaje personal. Su colección AW2006, «Las viudas de Culloden», exploró la violencia, la brutalidad y la desolación del levantamiento jacobita de 1745. En Dante descendió a los infiernos de la guerra y el caos y más adelante, ya en su madurez, nos trasladaría con Voss a un delirante gabinete de curiosidades y a un circo de locura en What a Merry-Go-Round.
John Galliano AW2007
Inspirado por las sórdidas calles del Pigalle parisino de la década de 1930, John Galliano subió a la pasarela una banda de personajes grotescos para su espectáculo AW07. Desde las misteriosas jóvenes de luto que deambulan por los callejones a las chicas de la noche que parecen no dormir nunca, cada pase activaba un poco más en la mente de los asistentes ese miedo profundo a la miseria y el descontrol. Para complementar la apariencia de las modelos, con maquillaje que goteaba y muñecas rotas colgando de sus brazos. el diseñador de escenarios Michael Howells llenó el recinto del espectáculo con esqueletos y peces dorados vivos transformando la pasarela en un maravilloso circo de los horrores.
Iris van Herpen AW2011
Para su primer espectáculo oficial de alta costura en París, Iris Van Herpen aprisionó a sus modelos con siluetas esqueléticas y texturas explícitas de órganos. Los intestinos enrollados, el tejido cerebral y los vestidos de serpiente se combinaban para crear la ya tan icónica visión de los cyborgs de alta costura, seres entre esta galaxia, la siguiente y un peligroso experimento científico fuera de control.
Rick Owens AW2012
Cimentada por una banda sonora de rap de Brooklyn de fondo, Owens abordó el brutalismo para su colección FW2012. Basándose en la belleza clásica de Marlene Dietrich, verdadero icono sexual y subversivo, la apariencia de las modelos era de verdaderas dominatrix infernales. Los volúmenes fluidos se montaban sobre los cuerpos recordando a armaduras, mientras que las siluetas fundían lo siniestro y lo sexy. Mientras las modelos «acechaban» el lado este de París, en la parte posterior del set varias llamas ardían violentamente. Después de todo, en palabras del propio diseñador, «es un espectáculo de Rick Owens, no es Disney».
Chanel Haute Couture SS2013
Siguiendo la tradición de folkloristas de la talla de los hermanos Grimm, Karl Lagerfeld se adentró para esta temporada en lo onírico y lo oscuro. En un Grand Palais decorado para la ocasión como un espectacular bosque neblinoso digno de la propia Caperucita Roja, presentó una inquietante colección de gasas onduladas, encajes, tweeds icónicos y motivos florales con una espectacular apariencia gótica. Los peinados, con una clara referencia salvaje, y el maquillaje, con ojos negros como el carbón completaban esta oscura fantasía, que culminaba con la aparición de las gemelas siniestras de turno luciendo dos maravillosos vestidos de novia. Chanel a pesar de todo.
Ann Demeulemeester AW2013
Famosa por su imaginario oscuro y romántico, Ann Demeulemeester conmovió a los asistentes a su show AW2013 con «O Children» de Nick Cave . La inquietante voz de barítono, acompañado por un eco extrañamente edificante, sirve de perfecto marco para el uso que hace la diseñadora del monocromo. Ante los asistentes se paseaban misteriosas mujeres con velos de gasa, siluetas paganas con ecos druídicos, chaquetas de aplicaciones y capas negras dignas de cualquier bruja militante, hechizando con cada paso y cada gesto a quien osara mirarlas demasiado fijamente.