La llamada “España vacía” es una realidad en varias provincias del país y desde hace varias décadas, nada menos que desde la década de los años 60. Pero es en los últimos años cuando más se está intensificando este problema. Nacen pocos niños. La población está envejecida. La gente joven se marcha a las grandes ciudades en busca de trabajo. En muchos casos, las administraciones públicas no consiguen ofrecer los medios suficientes para el desarrollo de la zona.
Según un estudio de FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) existen más de 4.000 municipios que cuentan con menos de 1.000 personas. Estos se encuentran en riesgo de extinción a medio y largo plazo por la pérdida de calidad de vida de sus habitantes. La densidad de población en Castilla y León es de 26 hab/km2, seguido de Aragón con 28 hab/km2. En la otra cara de la moneda española nos encontramos con la Comunidad de Madrid que cuenta con 821 hab/km2. La gran distancia entre estas cifras preocupa, y mucho, en un país donde la diferencia entre la capital y las zonas de costa frente al interior no hace más que crecer año tras año.
En España existen más de 4.000 municipios que cuentan con menos de 1.000 habitantes, los cuales se encuentran en riesgo de extinción a medio y largo plazo
Ahora o nunca. Es la hora de actuar. La despoblación rural y de interior es una de las grandes preocupaciones del siglo XXI y no tiene fácil solución. El turismo rural, gracias a las nuevas tecnologías y formas de comunicar, puede jugar un importante papel para frenarla, o al menos para reducir sus catastróficos efectos.
En los últimos años, el crecimiento del turismo de interior está permitiendo que más gente visite áreas alejadas de la costa, buscando otro tipo de ocio y descanso más allá del típico “sol y playa”. Turismo natural, arqueológico, enológico, de aventura, gastronómico, artístico o simplemente descansar en zonas rurales alejadas de la masificación. Hay toda una variedad de oportunidades para disfrutar de nuestro lado más desconocido.
El Turismo de interior está permitiendo que más gente visite áreas alejadas de la costa, buscando otro tipo de ocio y descanso más allá del típico “sol y playa”
El turismo puede ayudar a potenciar las costumbres y tradiciones locales siendo fundamental la difusión de las mismas a través de Internet y las redes sociales. Poner en valor el patrimonio industrial, gastronómico y emprendedor de las zonas rurales desde las administraciones y la población en general. Para ello es necesario mejorar la conectividad de internet.
Las herramientas TIC resultan de gran ayuda para romper la barrera geográfico y económica que amenaza al ámbito rural. Son un canal muy potente para trasladar mensajes a lo públicos globales. Hay que saber utilizarlas como herramientas de gestión, planificación y promoción para llegar al nuevo perfil del viajero digital.
Es hora de cambiar la forma de entender el turismo en España. Descubrir nuevos lugares desconocidos para el público general. Darles una nueva oportunidad en la era digital.