Aunque el Pabellón de Cristal de Casa de Campo no esté especialmente alejado del centro de la ciudad, llegar hasta él a unas siete de la tarde que se antojaban casi medianoche imprimía una buena dosis de irrealidad en la mente de los asistentes al desfile de Maison Mesa el pasado 28 de Enero. El espacio, un enorme recinto vacío iluminado en tonos rojizos, completaba esta sensación y la traducía en la solemnidad de una iglesia, una cueva o un teatro. Uno donde, como pronto veríamos, podían suceder cosas sorprendentes.
«VIVA BAU! Die Welt neu Denken» (repensando el mundo) es el nuevo espectáculo que presenta la relativamente joven firma madrileña en esta 71ª edición de la MBFW de Madrid. El director creativo Juan Carlos Mesa y Dani Pannullo, director de escena, vuelven a unir sus fuerzas (como ya ocurrió el pasado Julio en el circo Price) en un inusual show de moda.
Inspirados por la manera de hacer y pensar de la escuela Bauhaus a principios del siglo pasado, en Maison Mesa encuentran un hilo conductor que llega hasta principios del nuestro, una nueva concepción de la creación y de su lenguaje como reflejo de la sociedad y su evolución. Retomando un lenguaje clásico y elemental bajo una nueva visión vanguardista, formas y colores juegan con el movimiento y nos cuentan la historia de nuestra esencia y nuestro mundo.
Repensar el mundo, la idea de la mujer, el hombre y su entorno, es algo a lo que no se puede renunciar nunca. Por primera vez en Maison Mesa se presentan prendas para hombre; una diferenciación que cada vez se desdibuja mas, líneas puras, de cortes limpios y acabados perfectos, geometría emocional que se llena de color con matices y contrastes, primarios, secundarios y terciarios, gamas de cálidos y fríos que conversan.
Materiales que hablan de nuestro pasado y nuestro futuro, virando del algodón al poliuretano, conviven en equilibrio para generar el primer espacio donde vivir, nuestra segunda piel, un espacio donde poder expresarnos y sentirnos felices, confiados y seguros de nosotros mismos sin importar el físico, la raza, la edad o el sexo. La belleza está al alcance de todos.
La marca ha apostado de nuevo por presentar un espectáculo poco usual, alejado en un inicio de la clásica pasarela al uso, en un espacio que, sin embargo, se podría haber aprovechado mucho mejor. Quizá una disposición más acertada del sitting y una iluminación adecuada habría permitido a los asistentes disfrutar mejor de una colección que, por otra parte, demuestra la consolidación de la personalidad de la marca y resulta una propuesta interesante y denotativa de una clara línea ascendente en el trabajo del diseñador.
Maison Mesa está cada día más cerca de encontrar su lugar de pleno derecho en el panorama de la moda madrileña, y solo podemos