El diseñador Marcos Luengo pone de manifiesto su vinculación con el arte gracias a la maestría de pintores que hacen, de sus colaboraciones con él, una particular manera de expresarse a través de sus prendas.
Su nueva colección arranca en la búsqueda de la sensibilidad y fuerza del cromatismo conectando de inmediato con el pintor de corriente abstracta Kike Garcinuño, reconocido artista por su inquietud en la visión casi melódica del uso del color. Entre ambos surge inmediatamente una conexión estética, una exaltación a la belleza y a la magia del entendimiento que les permite trabajar en perfecta armonía a través de lienzo, plasmando y reinterpretando en un cuadro los tejidos, materiales y colores que definen la puesta en escena para esta temporada.
Todo esto sirve de inspiración para crear siluetas y volúmenes en mangas y hombros que nos llevan al campo escocés o nos recuerdan las típicas Amazonas inglesas. Durante el día, fieltro de lana, pata de gallo, mohair y materiales tecnológicos como el nylon empleado en diferentes grosores texturas y colores que se reflejan en las invernales prendas de la colección. Para la noche Marcos Luengo se decanta por materiales más nobles, como la seda en raso duquesa, o danza triple, falla, tafetán y diferentes pieles, así como estampaciones sobre terciopelo de seda, satén pesante o twill de seda.
Una colección especialmente marcada por siluetas ajustadas mediante corpiño y corset, creados a través de multitud de pinzas o estructurados a través de ballenas y cinturones de grandes hebillas.
Una colección especialmente marcada por siluetas ajustadas mediante corpiño y corset con bolsillos, creados a través de multitud de pinzas o estructurados a través de ballenas y cinturones de grandes hebillas forradas. Blusas con lazada al cuello, impecables trajes sastre con pantalones rectos de corte masculino, o amplias faldas de vuelo junto con abrigos envolventes son algunas de sus propuestas, donde el cromatismo intenso del cuadro hace de puente entre el día y la noche combinado con tejidos como la pata de gallo, dando lugar a colores como el negro, el azul eléctrico, el lima, el naranja y tonos como amarillo, rojo y verde entre otros.
El sombrero se convierte en una pieza clave para culminar los looks de esta colección, realizados en exclusiva por Nana Golmar inspirados en la Guardia Galesa, la gorra Ascot y la chistera de las amazonas inglesas. Piezas artesanales que logran el equilibrio perfecto con las prendas, donde la feminidad no es una tendencia sino un sello de atemporalidad, logrado gracias a materiales como el fieltro, con copas altas y formas redondeadas en contraste con los volúmenes de la colección.