Se suele decir que el trabajo de los creativos se valora más cuando estos desaparecen. Sin embargo, a David Delfín no le ha hecho falta desaparecer para que su nombre se haya gritado a los cuatro vientos durante años. Ya formaba parte de la realeza de la moda española mucho antes de que, desgraciadamente, el 3 de Junio de 2017 la dejase huérfana, dejando tras de sí un enorme legado que sin duda perdurará en la memoria artística de nuestro país.
En justa memoria a este grande de nuestra industria, La Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid presenta “David Delfín”, una visión global de la trayectoria de este creador, en la que se analizan desde sus claves y referencias más personales a la hora de plasmar sus ideas en las prendas a su inconfundible estilo, su gama cromática cuidadosamente escogida y su cuidado patronaje.
David Delfín, representó como ningún otro el surgir de una nueva generación de jóvenes creadores que llegaron con la entrada del milenio, y que concibieron la moda de una manera interdisciplinar. David hizo de su proyecto DAVIDELFIN – marca de moda fundada junto a los hermanos Postigo y su musa y amiga, Bimba Bosé (que también nos dejaría poco después) – una plataforma colectiva en la que convivieron diferentes formas de expresión artística: la fotografía, la performance, el vídeo, la música y, cómo no, la moda.
Su objetivo era ser provocador de emociones, y siempre consideró que tenía cierto espíritu de hombre renacentista.
Como él mismo señaló en varias ocasiones, su objetivo era ser provocador de emociones, y siempre consideró que tenía cierto espíritu de hombre renacentista, incapaz de limitarse a un único ámbito creativo, y que debía diversificar su actividad lo más posible. Así, en los últimos años, David Delfín había creado vestuario para Almodóvar, la Compañía Nacional de Danza e incluso había colaborado con la cadena hotelera Iberostars para crear los nuevos uniformes de sus empleados. Por otra parte, el diseñador tenía ya a sus espaldas varias exposiciones plásticas y diseños de tipografías y composiciones gráficas.
La exposición se articula eminentemente en torno a la trayectoria creativa del diseñador, partiendo de Sans Titre (1999), su primera colección, un ejercicio pictórico de carácter investigativo, pasando por la polémica Cour des Miracles (primavera/verano 2003), una colección cuya malinterpretación supuso a la vez un duro golpe y un revulsivo para continuar defendiendo su universo creativo.
Asimismo, la exposición muestra el universo creativo de David Delfín más allá de la moda, buceando en sus sentimientos y manera de pensar, a través de bocetos, escritos personales, materiales de trabajo, vídeos y fotografías de su archivo personal. La muestra que pretende ser un homenaje a este creador, precisamente en el año en el que cumpliría sus 50 años de vida y 20 años en activo como diseñador.