Elie Saab nos invita a soñar en un mundo cargado de delicadeza gracias a su desfile otoño-invierno 2020/2021. El creador libanés es siempre uno de los desfiles más esperados de la Semana de la Moda de París por sus increíbles diseños joya, y una vez más no nos ha dejado indiferentes con una muestra absolutamente maravillosa.
Saab recurrió a un sobrio romanticismo donde el único color permitido fue un apagado rojo que se coló en gabardinas, chaquetas masculinas de corte recto y vestidos princesa.
El libanés no es uno de esos creadores empeñados en la comodidad ni el día a día. Su público busca en él un brillo casi exclusivo de la alfombra roja y él responde con códigos propios, y bastante clásicos, de feminidad y una elegancia casi impropia del siglo XXI.
Aún así, su colección otoño-invierno 2020/21, presentada en el marco de la Semana de la Moda de París, tuvo un sabor más urbano que de costumbre, con trajes estampados en una cuidada sastrería, con chaqueta larga y recta y pantalones acampanados en una silueta ligeramente setentera.
También combinó blusas de encaje y transparencias con pantalones tipo “cargo” en una lujosa versión de terciopelo, textil que promete seguir de moda la próxima temporada, y que introdujo también en chaquetas, bolsos tipo bandolera e incluso vestidos de fiesta.
Estos últimos no podían faltar en Saab, más conocido por su pedrería, sus trajes de cola y encaje que parecen hablar aún de cuentos de princesa y hadas madrinas.
Tampoco entre ellos destacó el color, aunque se vio un modelo asimétrico con pronunciado escote de pico verde esmeralda, y un par de diseños en lila y azul noche.
La silueta fue fluida, con faldas vaporosas y chaquetas marcadas en la cintura mediante un cinturón superpuesto, mientras que en los abrigos Saab apostó por unas majestuosas capas invernales, en un desfile que contó con la presencia de la modelo Nieves Álvarez entre sus invitadas.