Mª José Sánchez| 15 Enero
Burberry es sinónimo de elegancia, del look londinense por antonomasia, por ello no es de extrañar que esta firma haya sido la elegida para dar el punto culminante a la London Collections Men, su semana de la moda masculina.
Una brillante performance, amenizada por el gran Benjamin Clementine al piano, para presentar la temporada de otoño-invierno 2016 de ropa masculina, convirtiendo sus abrigos militares y de lona en la prenda estrella del desfile.
Una gran variedad de chaquetas combinadas con camisas de polo informales y extravagantes trajes anunciaban un cambio en la casa londinense donde la elegancia británica a la que nos tenía acostumbrados daba paso a una estética más disco y rompedora, con el rojo como protagonista. Y es que el eslogan elegido para esta colección «Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, algo azul» es una gran declaración de intenciones.
Un abrigo de piel de zorro gris de pelo largo, sudaderas de estilo chándal combinadas con maravillosos abrigos de paño y grandes dosis de lentejuelas marcaron la nota disonante de la colección, en un claro ejemplo de la extravagancia sin control que marcará su otoño 2016.
En definitiva una mezcla de toques modernos y tradicionales en donde la geometría clásica Burberry hizo una discreta aparición en bufandas y prendas de abrigo en una gama de colores que destacaron el espectro frío de la temporada: gris, azul marino, ocre y negro.
Entre los asistentes al desfile tres de los chicos de moda del momento. Brooklyn Beckham, David Gandy y Johannes Huebl posaron ante los fotógrafos, cada uno en su estilo, con prendas de la firma británica, como mandan este tipo de eventos.
Pero si, tristemente, hubo un claro protagonista de la jornada fue David Bowie. Algunos modelos quisieron recordarle maquillándose con enormes sombras de color en los ojos, mientras que otros llevaban escritos «Bowie» en las palmas de las manos. Un sentido homenaje para uno de los músicos que mejor entendieron el concepto de moda y que más arriesgaron en sus apariciones, marcando un estilo propio difícil de superar.