Vivimos tiempos de cambio, el movimiento por la igualdad racial en Estados Unidos conocido como Black Lives Matter ha traspasado las fronteras y se ha convertido en un asunto internacional. La sociedad demanda un profundo cambio en la justicia y estructura social de los Estados para que se ponga fin al racismo.
La RAE define el racismo como: “Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive”. Desde los albores de la civilización, una parte de la condición humana ha sido dada a la discriminación contra los “otros”. Existen numerosos ejemplos que ponen de manifiesto esta idea: la esclavitud como negocio en los campos de algodón estadounidenses, los nazis con su demonización de los judíos, el apartheid en Sudáfrica, o más recientemente, el abuso policial contra los negros…
Sin embargo, a pesar de que hoy en día sigamos sin ser perfectos en cuanto a igualdad entre nuestros semblantes, la realidad ha cambiado de forma abrupta respecto a nuestro pasado. Esto ha sido posible gracias a numerosas personas que han levantado la voz en señal de protesta contra estas discriminaciones.
Martin Luther King es quizás el pacifista más conocido por luchar a favor de los derechos de los afroamericanos. Ganador del nobel en 1964, King abogaba por una sociedad en la que negros y blancos convivieran respetándose mutuamente y ejerciendo los mismos derechos. Quedará para la posteridad su famoso discurso pronunciado en Washington en que recitaba la famosa frase “i have a dream…”. Su prematura muerte en 1965 fue toda una tragedia que sacudió la estructura social de Estados Unidos.
En circunstancias diferentes se encontraba Nelson Mandela. El país que habitaba, Sudáfrica, era colonia británica donde los blancos residían en las ciudades y los negros vivían apartados (“apartheid”, conjunto de leyes que discriminaban a los negros) en condiciones infrahumanas y con nulos derechos. Mandela, después de pasar 27 años en prisión, fue liberado en 1990 debido a la presión ejercida a nivel nacional e internacional. En 1994, se convirtió en el primer presidente sudafricano negro hasta su muerte en 1999. El pacifismo era su estandarte y se convirtió en toda una eminencia en contra del racismo.
«Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión» – Nelson Mandela
Las grandes celebridades de la cultura también lucharon por una sociedad más justa. El cantante jamaicano Bob Marley, precursor del Reggae, batalló durante toda su corta vida contra el racismo difundiendo mensajes de paz y conciliación entre los humanos. Redemption song (una de las canciones más celebradas del cantante) lanza ideas como la libertad espiritual, el racismo o la abolición de los prejuicios como principio fundamental para alcanzar la paz.
«La guerra continuará existiendo mientras el color de la piel sea más importante que el de los ojos» – Bob Marley
El premio nobel de literatura, William Faulkner se preguntó públicamente si “¿merece sobrevivir este país?”, en referencia a un linchamiento de un joven afroamericano de 14 años que tuvo lugar en 1955. Faulkner, cuya muerte le asoló en 1962 privándole de ver el discurso por la igualdad de Martin Luther King, defendía los derechos de los negros y le horrorizaba las enormes injusticias a las que se enfrentaban (heredadas de tiempos de esclavitud). Frases como la siguiente definen su línea de pensamiento: “Vivir en cualquier parte del mundo hoy y estar contra la igualdad por motivo de raza o de color es como vivir en Alaska y estar contra la nieve».
Estos han sido algunas de las personas que lucharon por cambiar el mundo, aunque la lista es infinita: Rosa Parks, Barack Obama, Spike Lee, Ava Duvarney, Jesse Owens…
Terminar con una frase del boxeador Muhammad Ali: “Yo decía: «mamá, ¿por qué es todo blanco?». Siempre me lo preguntaba. Hasta el Presidente vive en la Casa Blanca. Y María tenía un corderito blanco como la nieve, y Blancanieves… Todo era blanco. Santa Claus es blanco. Y todo lo malo es negro. El patito feo era negro, el gato negro trae mala suerte, y si te amenazo, es un ‘blackmail’ (chantaje). Le dije: ‘mamá, ¿por qué no lo llaman ‘whitemail’? ¡Ellos mienten también!’. Siempre fui muy curioso, y así es como supe que algo iba mal«.