Nada dura para siempre. Todo tiene una fecha de caducidad. La comida, los medicamentos, el planeta… Puede que todavía no seamos plenamente conscientes del problema y puede también que pensemos que no nos afectará a nosotros. Pero es una carrera a contrarreloj. La cuenta atrás ha empezado y sino hacemos algo ahora, los daños serán irreparables. El planeta nos está pidiendo ayuda y es el momento de escuchar.
Cada año el mundo genera unos 2 billones de toneladas de residuos, y para 2050, la cifra podría aumentar hasta los 3,4 billones, según un estudio de The Word Bank. Incluso, los países con más recursos generan el 33% de los desechos. Lo que quiere decir que esos países pueden generar unos 4,54 kg de basura por persona y día de media.
Si no somos precavidos, el mundo tal y como lo conocemos a día de hoy podría llegar a desaparecer. Pero estamos a tiempo. Y es que los cambios empiezan por uno mismo. No todo está perdido. Es el momento del cambio.
Reciclar, por ejemplo, aunque parece un acto muy pequeño en comparación con lo que hacen grandes empresas que gestionan recursos naturales, es un acto imprescindible. El hecho de que nos preocupemos por el planeta y aportemos nuestro granito de arena es muy útil y necesario en los tiempos que corren.
#RSE también es #consumoresponsable:
7 Erres
1 Reciclar
2 Reutilizar
3 Rediseñar/repensar
4 Reducir
5 Recuperar
6 Rechazar
7 Redistribuir— Negocio Responsable (@RSCresponsable) September 13, 2018
Además, al reciclar nos damos cuenta realmente de la cantidad de envases de plásticos que consumimos y que realmente no son tan necesarios para nuestro día a día. Por ello, una buena alternativa sería limitar ese uso del plástico y demás materiales no biodegradables, para que, de este modo, los productores se den cuenta de que los consumidores no nos conformamos con cualquier cosa y estamos abiertos al cambio.
«Cada año el mundo genera unos 2 billones de toneladas de residuos, y para 2050, la cifra podría aumentar hasta los 3,4 billones»
Así, estaríamos favoreciendo un ahorro de energía a nivel global, puesto que ya no se tendrían que extraer tantas materias primas para producir dichos envases y se estaría restando el CO2 del planeta. Además de que se reduciría la contaminación del aire y del agua, debido a la minimización de estos procesos de producción de plásticos y de papel.
Concretamente en el caso del plástico que se utiliza en objetos de usar y tirar, por no ser biodegradable, hace que sus residuos sean perjudiciales para el planeta. Una pajita por ejemplo que usamos tan solo 5 minutos puede permanecer en el océano durante 500 años. Por ello es importante empezar ahora, antes de que sea demasiado tarde.