La enfermedad del Covid ha trastocado nuestras prácticas sociales. Antes de la crisis sanitaria ir a un centro comercial para pasar la tarde se antojaba como algo normal. Sin embargo, en la actualidad valoramos el hecho de acudir a espacios de compras por las posibles aglomeraciones. También el hecho de llevar la mascarilla puesta y lavarse las manos cada vez que entras en un establecimiento, se hace incómodo. Por todas estas circunstancias, las compras van a desarrollar nuevas formas de llegar al consumidor: redes sociales, webs dinámicas, internet…
El sector del comercio se va a adaptar a nuevas formas de venta más cómodas y accesibles para los seres humanos. Una de las innovaciones que no tardará en llegar a las tiendas es el espejo interactivo en probadores. Este invento permitiría a las personas ver cómo les quedan las prendas sin ni siquiera probárselas. Todo de forma digital y a través de una pantalla que simula las prendas. Esta tecnología es especialmente interesante en los tiempos que corren, ya que no habría necesidad de tocar la ropa a no ser que la vayas a comprar. Otro elemento que planean incorporar en los probadores es un panel para contactar con los dependientes (sin necesidad de ir a buscarles).
En las propias tiendas también se habla de la creación de un dependiente digital posible mediante un holograma. La funcionalidad sería la misma que hace el dependiente: resolver dudas, verificar si hay tallas en el almacén, cobrar…
Hay una corriente de pensamiento, que considera que las compras online van a tener (o tienen) una crisis de identidad. Se basan en el hecho de que se ha formado un nuevo grupo de consumidores más concienciado con el impacto ambiental, la recopilación de datos personales y también consideran que las compras online son aburridas y monótonas. Por ello, se cree que el futuro está en la realidad virtual y su capacidad inmersiva. Mediante las gafas de realidad virtual podrás caminar por la tienda como si realmente estuvieras en ella, un proyecto ambicioso que no acabaría con la presencialidad pero si ofrecería un nuevo enfoque al consumo.
La compra mediante el uso de la voz se está desarrollando para implantarse en un futuro en la sociedad. En este nuevo universo, todos los dispositivos del hogar estarían conectados entre sí y acatarían nuestras órdenes a través de nuestra voz. Uno de los ejemplos más comunes para explicar esta posible nueva práctica es la situación de ir a la nevera y ver que te queda solo un refresco, pues, mediante tu voz, podrás ordenar al frigorífico que compre el refresco que quieras. Este, emitirá una orden de compra al supermercado que elijas y en los próximos días te traerán la compra. Esto sucedería con todo: móviles, televisores, neveras…
Como vemos, todo se reduce a lo siguiente: comodidad. Los empresarios y las tiendas están desarrollando toda esta nueva parafernalia para aumentar nuestra facilidad a la hora de consumir y alimentar nuestro sistema. Aunque se agradece la revolución tecnológica, sería necesario orientar el consumo hacia el comercio local u objetos que fomenten nuestra cultura (música, cine, libros…) y no solo a grandes empresas o textiles.