Black beach es una de las grandes apuestas del cine español de este año. Con un presupuesto de 5 millones de euros (se nota), cuenta con dos titanes de la interpretación como son Raúl Arévalo y Candela Peña. Esteban Crespo es el director, ganador de un Oscar al mejor cortometraje (Aquél no era yo) y director de Amar.
La película pertenece al género de acción mezclado con una trama diplomática. En líneas generales, la cinta narra la historia de un alto ejecutivo destinado a África para solucionar un conflicto de intereses (pretende hacer de mediador de un secuestro). Una vez en África, Raúl Arévalo descubre una trama de encubrimiento por parte de una empresa petrolera y del presidente del país africano.
Los puntos positivos del film son su gran producción, con escenas de acción y localizaciones que no tienen nada que envidiar a las películas de Hollywood. Mencionar también la competente interpretación del protagonista, papel que le viene como anillo al dedo: personaje que al principio es confiado y feliz, pero que a medida que se suceden las tragedias, empieza a dudar sobre su competencia y a cuestionarse sus códigos morales. Por último, las localizaciones son atractivas y ayudan a generar un clima de tensión e interés.
Existe esbozos interesantes, pero que aparecen en pantalla de forma superficial. Un ejemplo de ello, es la cuestión de cómo las empresas occidentales se aprovechan de las materias primas (la petrolera) de los países africanos y cómo los dirigentes llegan a acuerdos con estas empresas para permanecer en el poder, a pesar de que sean regímenes dictatoriales. Como digo, esta idea solo aparece en segundo plano y haría falta una mayor presencia. Otro elemento es explicar porque África es un continente violento, en el que cualquier represalia acaba con muertos. En el film, este aspecto se muestra a través de escenas de acción espectaculares y personajes tópicos (los malos son malos porque así son y porque lo exige el guion), la cinta no intenta ir más allá para hacer un verdadero estudio de personajes.
Candela Peña, a pesar de que sea una excelente actriz, no me la imagino en el papel que interpreta. Es verdad que es un personaje que añade cierta ligereza a la trama dramática de la película, pero parece que está interpretándose a sí misma. Además, hay secuencias que rompen con el ritmo creado por las escenas anteriores, sintiéndose así un poco fuera de tono (no voy a entrar en detalles, para no destripar el argumento).
Es una película atractiva, medianamente entretenida, con buena fotografía, montaje y unas localizaciones de escándalo
En general, es una película atractiva, medianamente entretenida, con buena fotografía, montaje y unas localizaciones de escándalo. Raúl Arévalo sabe soportar toda la película bajo sus espaldas. Pero, hubiese agradecido una trama más original y menos predecible, así como unos personajes mejor construidos dejando de lado los tópicos del género.