Conocer la diferencia entre el maquillaje vegano, orgánico, limpio y natural puede hacernos más conscientes como consumidores. El mundo del green skincare está en constante evolución — gracias a todos nosotros cada vez más de moda — y hay que entender todos los términos que lo constituyen para unirse a una tendencia que, por fin, puede mejorar el planeta en vez de destruirlo.
La tendencia hacia los productos de belleza éticos y respetuosos con el medio ambiente está creciendo, pero ¿estamos seguros de que entendemos la diferencia entre lo vegano, lo bio, lo clean y lo natural? Está claro que son términos que, muy a menudo, se consideran sinónimos, pero que en realidad esconden lejanas diferencias.
Si ya es difícil pasarse al green skincare, lo es más aún sin saber exactamente la diferencia entre vegano, orgánico, clean y natural: ¿los productos certificados libres de crueldad animal, por ejemplo, también pueden ser considerados veganos? ¿Qué significa realmente la cosmética natural?
Para entender mejor la diferencia entre vegano, orgánico, limpio y natural, es bueno empezar con «Cuidado de la piel natural», una etiqueta que parece entender cada uno de estos términos. Técnicamente, de hecho, un cosmético natural puede contener todo lo que es de origen vegetal, mineral o animal.
Sin embargo, desafortunadamente, dado que no existe una regulación precisa de la UE, la FDA o la USDA, el término «natural» no tiene ningún valor legal y las marcas pueden usarlo a su propia discreción. En este caso, la única manera es leer el INCI de un producto para establecer qué ingredientes se han utilizado y en qué porcentajes y evitar, además, pagar en exceso un producto que no tiene nada de natural.
Un cosmético, en cualquier caso, será difícilmente 100% natural (excepto para los aceites y las mantequillas), aunque sólo sea porque es necesario que haya sustancias que aglutinen los distintos ingredientes como emulsionantes y espesantes.
También es necesario evaluar que un cosmético natural no significa que sea mejor para la piel o el medio ambiente. Un ejemplo son los aceites esenciales puros: al ser ingredientes activos muy poderosos, un uso continuo y no regulado en la piel podría causar irritación. Sin mencionar que estas esencias se obtienen mediante el uso de pesticidas y productos químicos.
Por otro lado, la cosmética clean es una nueva tendencia procedente de Estados Unidos que se propone como una verdadera filosofía de belleza, que, aunque todavía no tiene una definición precisa, quiere ingredientes y formulaciones que sean «limpios» tanto para la piel como para el planeta.
Esto, por supuesto, no significa que esté desprovista de cualquier ingrediente activo químico, ya que cada componente de una formulación tiene una base química, ya sean ingredientes naturales o sintéticos.
Más bien podríamos hablar de elementos no tóxicos, es decir, ingredientes activos que han demostrado ser tolerables en cualquier porcentaje y no solo en el contenido del cosmético en cuestión.
Por lo tanto, nunca debe haber parabenos, tintes o fragancias sintéticas en la etiqueta de un producto limpio, pero esto no significa que este tipo de cosméticos también sean veganos, libres de crueldad u orgánicos.
Hablar de belleza limpia, por lo tanto, también significa reconocer los ingredientes que no son 100% orgánicos: los componentes sintéticos, de hecho, están permitidos siempre y cuando no dañen a las personas, los animales o el medio ambiente de ninguna manera.