Viernes 6 de noviembre. Las expectativas están por las nubes. Aún con pandemia, aún con toque de queda, la Cultura sigue reinventándose. Y el Teatro Lara también. Por ahora con una función en exclusiva (esperemos que haya más en un futuro no muy lejano), pudimos disfrutar de Las Uñas Rojas. Un monólogo escrito por Emilio Gómez (quién además lo interpreta) y Guillermo Perujo, dirigido por Jacinto Bobo y producido por Kendosan Producciones.
Unos días antes del estreno de ayer por la tarde pudimos conversar con Emilio sobre su nueva función. Pero nada podía prepararnos para lo que vivimos, sentimos, vimos y escuchamos en Las Uñas Rojas. Fue como si el mundo se paralizara, como si todo quedase atrás y sólo existiese Emilio y su historia. Una historia cómica y trágica al mismo tiempo, donde el público no sabe como reaccionar.
Se apagan las luces de la sala Lola Membrives y una niebla de humo empieza a rodearnos. Se empiezan a oír los primeros acordes de Así hablo Zarathustra de Strauss, y como recién salido de la nave de 2001: Una Odisea en el Espacio aparece Emilio Gómez entre un juego de luces. Estamos asistiendo a “El retorno de Hamlet”, una actualización de la conocida obra de Shakespeare. Pero, justo antes de pronunciar las famosas líneas de la obra, todo se para. ¿Es esto de verdad necesario? ¿Es esto de verdad lo que quiero hacer?
De un momento para otro asistimos al debate interno, crisis personal y profesional de Emilio Gómez. Un actor que tras más de treinta años subido a los escenarios toma la decisión, delante de todo el público, de dejar el teatro. “Entregas toda tu vida al teatro y el teatro ¿qué te da a cambio?”. Mientras recoge el decorado y pide disculpas a los espectadores, el actor experimentado empieza a recordar todo lo que ha pasado y le ha llevado a aquel momento. Su infancia, sus directores, sus primeros trabajos…
Las Uñas Rojas es una obra de teatro que hay que ver y disfrutar sin saber desde un inicio de qué nos va a hablar, porque ahí es donde reside su magia. En lo inesperado, en como poco a poco vas descubriendo el quid de la cuestión y por supuesto el significado detrás de tan llamativo título.
En definitiva, una obra que vale la pena ver y reflexionar con ella. Además, Emilio Gómez está simplemente espectacular. Consigue atrapar a todo el público de una forma sincera, natural y, sobre todo, llena de emoción. Porque emoción es lo que se respira en Las Uñas Rojas, una obra de teatro 100% recomendada.