A ‘Sole’ no le hace falta maquillar el acto ni hacer uso de efectos especiales para mostrar la realidad de la maternidad subrogada. Este filme italiano del director Carlo Sironi ha ganado el Premio FEDIC del Festival de Venecia con un estilo minimalista e inusual en el cine dramático.
La película trata de una historia que perfectamente pasa en la vida de muchas madres. Ermanno (Claudio Segaluscio) es un joven italiano que pasa gran parte de su tiempo en jugar a las máquinas tragaperras. Su tío Fabio (Bruno Buzzi) le encarga, a cambio de 4.000 euros, que se haga pasar por la pareja de una mujer polaca embarazada de siete meses, Lena (Sandra Drzymalska). Todo esto para un simple fin: que Lena le venda a su propio hijo a la pareja de Fabio y Bianca (Barbara Ronchi), los cuales son estériles.
Está compuesta y grabada de una manera tan cotidiana y natural que se parece a la estética del documental. Los planos son sencillos y fijos, pues no hay movimientos de cámara durante la actuación. El escenario es muy familiar y, a la vez, poco conocido y atractivo. En la gran parte de la obra aparecen escenas interiores, como las casas del joven y su tío, el bar y el hospital. Asimismo, aunque esté grabada en Italia, no aparecen imágenes de la ciudad que conocemos, sino de barrios obreros de las afueras.
Sironi ha escogido a actores muy poco conocidos y que perfeccionan el papel que les toca. Sobre todo, la pareja de jóvenes se adapta a la situación y ambiente que muchas madres les toca vivir hoy en día. El silencio y la falta de diálogo son los dos elementos que más impactan. Los personajes planos siguen la misma actitud desde el principio hasta el fin, pues son muy serenos y tranquilos. Sin embargo, es así como se debe de actuar en este tipo de película. La música también es escasa y solamente aparece en escenas donde hay verdadera tensión y nerviosismo.
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‘Sole’ es un filme donde la expresión verbal está de más, ya que la poca conversación y las miradas en blanco brillan y hablan por ellas solas. Es un claro ejemplo de que no hacen falta recursos de postproducción para llamar la atención del espectador y alarmarle con la realidad que a muchas les tocan vivir (Valoración 7/10).
Foto de encabezado: El País