Tres días antes de que acabe el año es imposible no echar la vista atrás y reflexionar. Montarse en ese tren es un ejercicio que puede resultar tan placentero como complejo y agotador. Si en la balanza, nuestro año ha sido exitoso, solo queda pedir que nada cambie, darnos una palmadita en la espalda y brindar; lo hemos hecho bien. Pero, si hablamos del 2020, donde el concepto del tiempo dejó de tener sentido durante algunos meses, y el caos se apoderó de nuestra sociedad, el viaje es duro; nos hemos equivocado, nos hemos redimido y nos hemos vuelto a equivocar. Sin embargo, numerosos sectores han estado a la altura. Por eso hoy le escribimos una carta a los sanitarios, héroes de este 2020.
El año empezó como todos, soportando un aluvión de deseos vagos y expectativas imposibles, whatsApps típicos en el grupo de la familia, algún comentario político de mal gusto en la cena y a numerosos supersticiosos sentenciando su mala suerte por no haber podido terminarse todas las uvas. Todo en orden.
Sin embargo, dos meses más tarde estábamos confinados, después de reírnos con nuestros amigos del famoso coronavirus de Wuhan, estos chinos… Hay una regla fundamental en el Periodismo, y es que, cuanto más cercano en espacio y tiempo es el hecho, más trascendencia tiene para la población. Y, aunque el virus estaba mandando a miles de personas al hospital a la vez que nosotros repasábamos los mejores memes de Twitter, estaban muy lejos de nosotros.
Y aunque fingimos que nos pilló por sorpresa, la dramática situación sacó nuestra parte más brillante y artística. Inundamos todas las redes sociales de música, cocina, textos motivadores y aplausos a los sanitarios, ¡ánimo! ¡Sois los verdaderos héroes de la pandemia! Y es que, al que verdaderamente le pareció una broma de mal gusto la pandemia fue a nuestro sistema sanitario. Con numerosos recortes (ya protestados) en la espalda, y una plantilla desmotivada y saturada, tiene que hacer frente a la mayor crisis de los últimos tiempos. Sin recursos y con más desinformación que organización.
Así que, una amiga enfermera me confesaba, después de la primera ola, que para poder dormir por las noches, tenía que tomarse una copa de vino. O dos. «Aquello era un infierno». Y nosotros, muchos de nosotros, desde nuestra situación de privilegio, nos sentíamos a salvo después de hacer palmas durante 5 minutos en el balcón de nuestra casa. Y lo estábamos, porque ellos representaban unos valores de lucha con los que necesitábamos sentirnos identificados que nos hacía fácil la espera. Lo estábamos porque ellos realmente trabajaban soportando una presión y una decadencia abrumadoras.
Y a pesar de que cuanto más se relajaron las restricciones, menos se escuchaban los aplausos, en Hoy Magazine queremos hacerles un pequeño homenaje con esta carta de agradecimiento y reconocimiento a los verdaderos héroes de este 2020, los sanitarios.