Anoche se hizo realidad uno de los mejores deseas del año, que acabase el 2020, un año fatídico en la historia. Se recordará por uno de los peores años de las últimas décadas. Un año golpeado por una pandemia que deja atrás una crisis sanitaria, social y económica. Pero, a pesar de todos los conflictos del año, hemos podido celebrar y despedirnos del 2020.
Cada cadena de televisión hizo su apuesta para la presentación del último programa del año, las Campanadas. Pero, la apuesta de la cadena nacional, Televisión Española, apostó por una cobertura de mujeres empoderadas. Dos mujeres al frente de una de las despedidas más complicadas del año. Las elegidas fueron Anne Igartiburu y Ana Obregón, esta última en su año más complicado, un año golpeado por al pérdida de su hijo Aless Lequio, pero, nos dio una lección de profesionalidad y optimismo para afrontar el 2021.
Ana Obregón siempre se ha caracterizado por su show, por su carisma y por hacernos sonreír con su belleza y humor explosivo. Pero, este año, era diferente, este año se apagó la llama, una llama que ella misma se encargó de aleccionar.
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La presentadora que perdió a su hijo durante el 2020, sin tener nada que ver con la Covid-19, afrontó el reto que le ofreció TVE y lo hizo por él, por demostrar que hay que seguir luchando y nadie mejor que ella para darnos esta lección: «Si yo por lo que quería estar aquí, aun habiendo sido una madre que ha perdido a su hijo, era porque quería mandar un mensaje de esperanza, un mensaje de decirles que sé que todo el mundo lo está pasando mal, algunos peor que otros, y que sólo depende de nosotros. Y que con esta pandemia se puede acabar. Y ya dispuestos a pedir, yo quiero pedir más dinero para investigación del cáncer, porque de cáncer cada año mueren 300 personas en España. Son los grandes olvidados. Sé que la pandemia es tremenda, pero el cáncer también», con estas palabras Ana Obregón nos daba una lección de vida. Un momento que desde ese preciso instante se convertía en historia de la televisión. Unas palabras de realidad y lucha que nos dejó a todos cautivados.
Ahora solo queda disfrutar, vivir y luchar por ser mejores personas. Luchemos contra el virus, vibremos con nuestros más cercanos y hagamos que el 2021 sea el año de las sonrisas eternas. De nuevo, Ana Obregón dando vida a un año que no ha sido para nada fácil.