¿Hasta donde serías capaz de llegar por amor? ¿Qué precio pagarías para alcanzar tus sueños? Estas son las premisas de la obra dirigida por Víctor Páez ,»Los cuerpos desnudos», un thriller que podremos disfrutar hasta el 28 de marzo en el madrileño Teatro Luchana. Naím Thomas protagoniza la obra, junto a Zoraida Ballesteros y Fran Abellán. El artista ha dado unas pinceladas sobre la obra y nos ha contado cómo han sacado adelante la función en plena pandemia. ¡No te lo pierdas!
«Los cuerpos desnudos« trata sobre el precio para alcanzar los sueños. Tengo que preguntarte la premisa de la obra. ¿Cuál es el precio que estarías dispuesto a pagar para alcanzar tus sueños?
El que hice fue meterme en televisión, pero más allá no llegué. Si que es cierto que mi personaje paga mucho el precio y realmente no es consciente porque no sabe lo que pasa hasta que ya es demasiado tarde. Se ve arrastrado por las circunstancias y por los haceres y deshaceres de otros personajes. ¿Qué precio pagaría yo? Ninguno. Cuando obtienes alguna cosa demasiado rápido y con poco esfuerzo, no sabes apreciar su valor real. En este caso, yo creo que lo que se disfruta más es el camino. Al fin y al cabo, cuando yo me muera, me moriré solo. Queda el dinero, pero tampoco te puede dar la vida eterna. Lo único que te quedan son las vivencias. La clave no está en dar mucho para alcanzar el sueño, sino disfrutar el camino mientras lo logras.
En la obra interpretas a Joaquín, un pintor sin suerte que se siente fracasado y está al borde del colapso emocional. ¿Alguna vez te has sentido así? ¿Cómo ha sido interpretar a este personaje?
Constantemente. Si eres artista y no te has sentido alguna vez fracasado, no eres artista. Estés abajo o estés arriba, el artista convive con miles de sensaciones: el fracaso, el ‘soy la leche‘, ‘soy la hostia‘ o ‘soy la sucursal de Dios en la tierra‘. Pero cuando te pasa algo negativo, te sientes peor que un trapo mojado y sucio. El temperamento artístico es así, de grandes idas y venidas. Sí es cierto que yo no soy muy de subidas y bajadas, soy bastante constante. Con los años he aprendido que el fracaso existe solamente si tú te sientes fracasado. Una persona que se sube al escenario, le aplauden, le pagan y vive de eso ameniza la situación del día a día de millones de personas que trabajan en cosas que no les gustan, que no tienen trabajo o que tienen dificultades económicas. ¿Qué es el fracaso? Fracaso es lo que tu consideres fracaso. Ahora no me siento así, ni me frustro tampoco. No tengo motivos.
Todas las obras parecen tener un propósito. ¿Cuál crees que es el propósito de esta obra? ¿Qué reacción busca en el público?
Parte de una premisa bastante inmersiva. Cuando entras en la función, tú eres parte de la función. No te sacan a hacer una barbaridad porque hay mucha gente tímida. En este caso, se trata al público como parte de la trama porque cuando llega a su butaca tiene su tarjetita del Señor D. ,al igual que la protagonista. Cualquiera de ellos podría ser el protagonista. De hecho, es muy interesante la reacción. Es cierto que solo hemos tenido un estreno, pero el feedback suele ser bastante positivo.
En plena pandemia, ¿Cómo se saca adelante una obra con todas las restricciones?
La respuesta es la misma que cómo hacen el amor dos erizos: con muchos problemas. El año pasado estuve trabajando en la película de Paco León, Mamá o Papá, y se iba a estrenar en Navidad, pero al final se estrena en primavera. También estuve haciendo una serie con Denise Richards, Joan Collins y Jane Seymour, dirigida por José Luis Moreno. Teatro se ha hecho muy poco. Poco a poco vamos volviendo a las costumbres. Y la gente tiene que perder el miedo. No tienes que tenerle más miedo al teatro que a un metro o a un botellón. ¿Cuántos brotes han salido de un teatro o de un cine? Ni uno.
¿Cómo ha sido trabajar con Zoraida Ballesteros y Fran Abellán?
Bien. Zoraida es una persona muy divertida y siempre rema en positivo. Es muy comedida, todo lo contrario a Fran que está loco perdido, gracias a dios que está muy loco. Es el punto chispeante que todo el grupo necesita. Yo intento siempre ser el ancla y decir ‘chicos, tranquilos, calma‘. Intento poner el grado de la experiencia, aunque tampoco soy un señor de 65 años, pero intento poner un poquito de contrapeso. Y es maravilloso ver que trabajan con muchas ganas, le ponen muchísimo interés y muchísimo corazón. Al fin y al cabo, en esto consiste nuestra profesión: aprender con los años. A lo mejor cuando empiezas no estás en tu prime, pero vas conociendo el oficio, te conoces más a ti mismo, tus trucos y vas mejorando. Por ejemplo, Fran es muy jovencito todavía, pero tiene mucho margen de mejora y le va a ir muy bien. Además, tiene un corazón enorme.
La obra de Los cuerpos desnudos estará hasta el 28 de marzo. Para la gente que todavía no ha decidido ir a verla, ¿Qué les dirías para animarles a hacerlo?
Actualmente, en la cartelera no hay una obra tan cinematográfica y al mismo tiempo, con tantos giros de trama. No te imaginas el final, ni hacia donde va a ir. Y sobre todo, cuando empieza no sabes como va a desembocar. Yo creo que esa es la gracia. Verán algo sorprendente, inmersivo, y parecido a un escape room porque el público está muy cerca y lo siente como en primera persona. Se masca la tensión todo el rato y el final creo que no decepciona.