Ya sabemos que los actores y actrices están capacitados profesionalmente para encarnarse en distintos personajes dentro de la pantalla, pero ¿hasta qué punto deben fingir también la identidad? Este quizá sea uno de los temas más polémicos en la industria del cine y en la sociedad, afectando directamente al colectivo trans. Y, aunque pueda parecer un debate exagerado, para nada lo es, ya que esta práctica es una forma más de invisibilizar a las personas trans.
En muchas (y demasiadas) ocasiones nos hemos encontrado con personajes trans en la serie o película representados por actores o actrices cis. Un auténtico punto en contra del colectivo, por muy inofensivo que parezca. Paco León en La Casa de las Flores interpretando a una mujer trans, siendo él un hombre cis, Eddie Redmayne con el mismo caso en La Chica Danesa o Belén Cuesta en La Casa de Papel en la piel de otra mujer trans son algunos ejemplos de este tipo de tokenismo. Pero algunos de ellos recibieron críticas por parte de la comunidad LGBT+, cancelando incluso su producción, como pasó con Scarlett Johansson y su papel de hombre trans en Rub & Tug. Así que, en este caso, como suelen decir, una retirada a tiempo es una victoria… más o menos.
Lo que sí es una victoria son las producciones audiovisuales donde el elenco es realmente trans cuando se interpreta un papel de esta condición. Es esta la única forma en la que el colectivo esté realmente representado en las pantallas, mostrando la realidad y sin invisibilizarlo. Y es que, al haber estado la transexualidad tan castigada e incluso mal vista, los medios y grandes productoras no se habían atrevido hasta hace escasos años a añadir personas trans en sus obras, pues les podría causar mala imagen y, por ende, pérdidas de dinero.
Pero cada vez más el colectivo está siendo más visualizado y en mejores condiciones. Ya no son personas disfrazadas con un personaje plano que caen en estereotipos, sino personas reales que interpretan un papel elaborado y con trasfondo. Como ejemplos de una óptima representación del colectivo podríamos nombrar a Jamie Clayton en Sense8, Laverne Cox en Orange Is the New Black, el reparto de Pose y el de Veneno entre otros.
En relación a esta última serie española, Carla Antonelli aclara en El Confidencial que «se ha demostrado que si se quiere, se puede. Los Javis han hecho grandes descubrimientos con esta serie: Jedet, Paca la Piraña, Lola Rodríguez, Daniela Santiago, Isabel Torres… Hasta Juani, a la que adoro, está perfecta en el papel que le han dado«. Por desgracia, la dificultad para las personas trans de acceder a cualquier ámbito siempre ha existido, pero van cogiendo cabida en cada vez más espacios paulatinamente. «Es una cuestión de dar oportunidades. Los directores y productores deberían hacérselo mirar. Los Javis han encontrado un filón y una gran cantera de actrices que espero que la industria valore«, proseguía la diputada y activista.
Los medios de comunicación y el mundo cultural han sido siempre una fuente de ejemplos y de realidades sesgadas o ficcionadas. Y es que muchas veces no tenemos más opción que creernos lo que vemos por las pantallas. Por eso, debemos representar todas las realidades y no silenciarlas o encubrirlas, y parece que el colectivo LGBT+ lo está consiguiendo.