«Qué a gusto estamos aquí dentro, con la que está cayendo ahí fuera». Así comenzaba su función Paula Valluerca, artísticamente conocida como Madame Señorita, diferenciando entre el espectáculo y la realidad del exterior. En una pequeña sala del Teatro Lara de Madrid, Paula ha hecho una gran actuación, donde las risas hacían continuo eco. Tanto divertidas muecas como un discurso que hablaba sobre la propia obra se fusionaban en una sola artista. Es aquí donde el estilo clown y el metateatro quedaban fundidos en una misma obra: QUEST!ON.
Normalmente nos esperamos un stand-up o un monólogo cuando el espectáculo lo gestiona una sola persona, pero aquí Paula nos ha hecho descubrir que las caricaturas humanas también tienen su espacio en el mundo teatral. Y es que el punto fuerte de esta función son los gestos corporales y muecas más que una narrativa marcada y lineal. El clown y la gran interacción con el público son clave para llevar a cabo la performance de la obra, algo que Madame Señorita ha conseguido con un mayúsculo éxito.
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Una obra ejecutada al completo en español, pero hubo alguna frase en inglés de por medio e incluso varias intervenciones en euskera que llegaron a dejar al público desubicado cuando estas últimas eran referidas hacia ellos. Esa especial búsqueda de interacción despertó risas en toda la sala. La artista llegó a decir que se consideraba «internacionala», pero a algunos se nos vino a la memoria el popular «¡Idiomas, querida!» de Aramís Fuster.
Estas intervenciones estaban planeadas para ser más cercanas hacia los espectadores, por lo que, en los tiempos que corren, sería un riesgo. Pero es un riesgo que la actriz y creadora de espectáculos supo salvar con éxito utilizando un simple plástico. Jugando con esa manta de plástico como parte de la performance, Paula se acercaba a algunas personas de su público envuelta en el transparente objeto para preguntarles en euskera. Es, sin duda, una manera más de mantener seguridad sanitaria sin perder la función y sin verse la cultura negativamente afectada.
Pero un aspecto que la diferencia de las demás obras de teatro es la metateatralidad. Madame Señorita no solo cantaba, bailaba y gesticulaba, sino que también hablaba de la actuación en sí, del mundo del teatro, de su persona como actriz y de su inspiración al subirse a los escenarios, todo ello como parte de la función. Pero esto destapó la duda, su duda existencial de quién era como actriz y qué quería hacer sentir al público. Y no desvelo más para que futuros espectadores puedan disfrutar de esta entretenida y graciosa obra.
Originalidad en el guion, un papel caricaturesco y mucha diversión e intervención del público hacen de este espectáculo una experiencia única de la que se podrá disfrutar en Madrid hasta el último domingo de este mes.