¿Quién no ha tarareado alguna vez “uno más uno son siete, ¡quién me lo iba a decir!”? Yo la verdad es que hace bien poco, justo de camino al bar La Bicicleta, al lado del Teatro Galileo, para tomarnos un café junto a Fran Perea. Un gran actor, músico y productor teatral quien ha sabido compaginar todos sus éxitos y proyectos en cine y televisión, pero sin alejarse nunca demasiado de las tablas del teatro. Este mes de abril estrena El Ciclista Utópico en Madrid junto a Fernando Soto (La Casa de Papel), una obra que promete no dejar indiferente a nadie.
¿Qué significa para ti volver a interpretar El Cliclista Utópico y esta vez en Madrid, en un teatro como es Teatro Galileo?
Muy buenas sensaciones. La gente después del estreno nos dijo cosas muy buenas, así que el equipo, Fernando y yo estamos muy contentos. ¡Hacía cuatro años que no hacíamos la función, pero pudimos con ella! En su momento nos recorrimos varias ciudades Valencia, Málaga, por supuesto Valladolid, tuvimos la oportunidad de girarla un poco, y ahora tenemos la oportunidad de recuperar esas sensaciones. El cuerpo es muy sabio. Después de un tiempo sin hacer la obra, vuelves a esas emociones que creías que no ibas a conseguir recuperar.
En palabras de uno de sus protagonistas, ¿de qué trata la obra?
El Ciclista Utópico comienza con un accidente fortuito donde en realidad no pasa nada grave pero el ciclista empieza a abusar de su condición de víctima y el atropellador empieza a ceder porque se siente culpable. Este empieza a trastocar y desmoronar poco a poco la vida resuelta de Manuel, el profesor rural que yo hago.
La obra habla sobre la amistad y sus límites, sobre cuanto damos de nosotros mismos a los demás. Si está bien o no tener prejuicios sobre la gente que conocemos. Si está bien o no darles más terreno del que debieran. En definitiva, las relaciones personales que son lo más complicado de entender.
El cuerpo es muy sabio. Después de un tiempo sin hacer la obra, vuelves a esas emociones que creías que no ibas a conseguir recuperar.
Accidentes, abuso de las víctimas, lo complicadas que son las relaciones humanas… ¿Es sencillo tratar estos temas desde el humor?
El texto lo trata de manera sencilla. El autor consigue introducirte poco a poco en la situación donde el personaje de Acebal (Fernando Soto) tiene a veces un humor muy burdo, a veces muy socarrón. Además, las escenas son muy cómicas, no porque se busque esa risa contagiosa, sino porque en el espectador aparece una especie de vergüenza que te hace reírte un poco y al mismo tiempo te hace preguntarte: “¿de qué me estoy riendo?”.
Al final me parece el humor más inteligente, en el que vas a ver, te ríes, y luego te cuestionas sobre por qué y de qué te has reído. “Este tema no es para reírse, pero no sé por qué me ha hecho gracia. ¡Maldita sea!”. A mi eso me parece lo más interesante.
¿Cómo ha sido la vuelta a los escenarios madrileños?
A lo largo de mi carrera siempre he estado vinculado en mayor o menor medida al teatro, casi no lo he soltado. Es más, el tiempo más largo sin hacer teatro creo que fue en la época de Los Serrano. Lo que sí que hacía tiempo que no hacía era temporada en Madrid, hoy al venir aquí me decía “ay qué bien, poder disfrutar de un tiempo en un teatro, aquí en Madrid, durante un mes”.
Una vuelta a la temporada madrileña muy marcada por la pandemia…
El confinamiento ha sido muy duro, pero poder volver ahora a hacer teatro es todo un gusto. Desde que terminó el encierro he estado trabajando en distintos proyectos, he estado saliendo de gira, he estado componiendo… he estado haciendo muchas cosas de música, voy yo sólo con la guitarra y aforos reducidos… Quieras o no vas teniendo el cuerpo hecho para el escenario y por ello la vuelta no ha sido tan brusca.
Además, parece que ahora la situación en los teatros, al menos en Madrid, se está manteniendo por lo menos.
Estamos teniendo suerte, en España en general, porque se están pudiendo hacer funciones. En otros países de nuestro entorno los teatros están cerrados. Tenemos que estar contentos porque podemos seguir con nuestro trabajo y el público nos apoya.
El confinamiento ha sido muy duro, pero poder volver ahora a hacer teatro es todo un gusto.
Proyectos que comentabas que no sólo son de teatro, sino también de música, de televisión, de cine… ¡Un artista en todas sus vertientes!
Me gusta mucho poder tener una visión global de lo que es el mundo del arte y del espectáculo. La gente me pregunta: “¿qué es lo que más te gusta hacer? ¿Cantar? ¿Interpretar?” A mi lo que más me gusta es cambiar. Tener la suerte de variar de proyectos, de medios, de retos, estos cambios te hacen estar vivo.
También tengo esa parte menos artística y más empresaria que quizás poca gente conoce. Con la compañía teatral Feelgood, el proyecto tan bonito como es Teatros Luchana… Un poco bajo la filosofía de no tener que esperar a que te llamen. Esta profesión tiene un truco malo y es el sucumbir a la “incertidumbre de la llamada”. En mi caso cuando la llamada no viene, he conseguido crear mi red para mis propios proyectos con los que me siento muy a gusto.
En tu carrera hemos podido ser testigos de grandes éxitos… ¿tienes alguno al que le tengas más cariño?
Sí hombre, tengo varios momentos como muy top. Por supuesto Los Serrano, fue todo un antes y un después en mi carrera. Yo no sería yo, sería otro yo, si no hubiese vivido eso. Luego hay otros hitos importantes como haber podido trabajar con Antonio Banderas que siempre ha sido un referente para mí, o con José Carlos Plaza otro referente en la escena, poder haber estrenado en Mérida junto a Ana Belén y Lluís Homar… si me pongo a contar la verdad es que tenido mucha suerte. La vida me ha dado grandes oportunidades.
Fran Perea: “En esta profesión y en este país vamos haciendo cada uno el camino que podemos y no tanto el que queremos”.
Y hablando de grandes oportunidades, no podíamos cerrar esta entrevista sin preguntarte por tus últimos proyectos. En teatro, El Ciclista Utópico y en televisión… la serie finlandesa Costa cuya primera temporada salió hace nada. ¿Cómo surgió este proyecto?
¡Las cosas de la vida! Ahora es muy fácil pensar en series españolas que recorren el mundo gracias a las plataformas, pero a Los Serrano le pasó eso antes de la llegada de Netflix o de Prime Video. Fue una serie que recorrió muchos, muchos países, entre ellos Finlandia, donde fue todo un pelotazo. Y desde ese momento he mantenido una relación profesional con el país del norte, entre giras y promociones.
Así que cuando surgió esta coproducción hispanofilandesa, pensaron en mí cuando vieron que encajaba en el personaje. Ahora mismo están escribiendo la segunda temporada, así que si todo va bien, estaremos grabando dentro de muy poco.
Volviendo con la obra y para poner el broche de oro a esta entrevista, ¿a quién le recomendarías El cliclista utópico?
Yo es que recomiendo teatro a todo el mundo y en esta situación más aún. La cultura es segura, la cultura nos permite también salir un poco del monotema que estamos viviendo últimamente. Le recomiendo a todo el mundo que eche un rato en el teatro. Y si es en nuestra obra, mejor que mejor.