Los rubios nos enamoran y a veces es casi imposible resistirse a ellos por su luz y frescura. No todos los rubios son iguales y no todos nos van a favorecer de igual manera. Por eso, el asesoramiento es fundamental para encontrar el rubio que mejor nos haga brillar. También, en ocasiones debemos ser pacientes, sobre todo, si nuestra elección es una tonalidad muy clara.
Asesórate y descubre qué rubio es para ti
Hay un rubio para ti, pero no todos te sientan igual de bien. Por eso, un profesional puede indicarte cuál es la tonalidad que hará resaltar mejor tu imagen, analizando tu piel y el color de tus ojos. «Para escoger adecuadamente el tono hay que observar la tonalidad de la piel, así como si hay matices fríos o cálidos. También el color de los ojos, de hecho, algunos profesionales solo tienen en cuenta este aspecto, ya que es un color que no varía. Sin embargo, la piel puede cambiar según la estación. También es preciso tener en cuenta otros aspectos que hacen que la tonalidad escogida sea factible como el color de base, el estado de salud del pelo, la textura, etc.», explica M.ª José Llata de Peluquería Llata Carrera desde Santa Cruz de Bezana (Cantabria).
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Antes de comenzar hay que probar
Ante cualquier cambio de color, por sutil que sea, es necesario realizar una prueba de color en un mechón que quede oculto. «La prueba de color es muy importante. Nos previene de posibles alergias y nos indica la posible reacción del pelo ante la coloración. Así se puede comprobar si será más o menos fácil decolorar y lograr el color deseado, aspectos que dependen también de la porosidad y la elasticidad. Se deja actuar entre 15 y 30 minutos y nos ayudará a evaluar qué nivel de aclarado soporta el cabello.», afirma Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.
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El punto de partida determina el de llegada
No todas las melenas son iguales, por eso los resultados son siempre únicos. Saber cómo es nuestro cabello, nos indicará las posibilidades que tenemos para conseguir el rubio perfecto para nosotras. «La textura natural puede afectar en la coloración. El pelo rizado puede ser más frágil, pero también aclararse más rápidamente. El cabello grueso es más fuerte, pero al mismo tiempo más resistente a cambiar de color, por lo que necesitará más tiempo. De igual modo, no reacciona igual una melena virgen que una tratada con color. Las cabelleras sin tratar cambian de tono de modo uniforme y mucho más rápido. Las que cuentan con un color previo pueden presentar diferentes tonos en cada una de las áreas de la melena.», indica Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).
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Dime qué color tienes y te diré qué rubia eres
No siempre podremos conseguir nuestro rubio soñado en una sola sesión. El color de base que tengamos, el estado de nuestra melena y el tono que deseamos puede obligarnos a hacerlo en varias sesiones. «Antes de empezar a trabajar, necesitamos saber la historia de ese pelo. Si no está en buenas condiciones y queremos decolorar es posible que la fibra se rompa, por lo que no sería recomendable. Lo ideal, si tenemos en mente aclarar nuestro color, es nutrir el pelo con un mes de anterioridad para reforzarlo, así como evitar aplicar calor, sobre todo, las planchas. Si tenemos un color previo, es preferible arrastrarlo con un tratamiento para eliminar los restos de pigmento. No hacerlo puede alterar el color.», comenta Manuel Mon de Manuel Mon Estilistas desde Oviedo.
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Tómate tu tiempo (si quieres)
Los grandes cambios a veces se hacen esperar, sobre todo, si queremos asegurarnos el éxito. «El número de visitas al salón para conseguir el rubio que deseamos depende de cada persona, pero pueden ser hasta tres. Depende del tono de partida y del que queremos, más claro o más oscuro. En general, aclarar dos tonos de un castaño ya requiere decolorar y si, además, lo que deseamos es un platino entonces es necesario realizar un doble proceso de decoloración, lo que puede suponer unas 4 horas. También, podemos hacerlo de forma progresiva. Un modo que respeta más el cabello y en el que nosotras nos vamos acostumbrando poco a poco al cambio. Unos reflejos como los balayage hará que el proceso sea más natural. Lo mismo sucede con la técnica ombré que focaliza el color en medios y puntas. Lo que conseguimos así es complementar piel y ojos de modo gradual sin comprometer tanto el cabello.», propone Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).
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