Malta es uno de los destinos internacionales más visitados en verano, culpa del mar y la roca y sus múltiples influencias de Italia, Reino Unido y el Norte de África que confluyen y dan forma al archipiélago. Es una isla bañada por el sol y el salitre, flotando en medio del Mediterráneo, un lugar paradisiaco para perderse entre las aguas turquesas y las arenas blanquecinas, para olvidarse del reloj y del paraguas, para contemplar puestas de sol infinitas desde Blue Lagoon de la mano de una cerveza Cisk o desde una boat party en mar abierto. Te contamos los mejores planes para disfrutar de una experiencia única en la isla.
Callejear por La Valleta
La capital de Malta es una ciudad plagada de tesoros arquitectónicos que requiere parada obligatoria en el Palacio del Gran Maestre, la Concatedral de San Juan y la Procatedral de San Pablo. La Valleta te invita también a disfrutar de un helado italiano en Amorino o de unos pastelitos de hojaldre rellenos de requesón o pasta de guisantes, los famosos pastizzis sentado en la plaza de la República o mientras disfrutas de un largo paseo por los jardines Upper Barrakke. Seguir la tarde en la terraza del Café Cordina y acabar el día cenando en Barracuda, una villa del siglo XVIII que se ha transformado en un restaurante con vistas a la bahía St. Julians a orillas del agua, donde podrás degustar uno de los mejores menús de la ciudad, perfecto para darse un capricho.
Alquilar un velero rumbo a Blue Lagoon
Blue Lagoon es la playa más famosa de Comino, una isla del archipiélago maltés prácticamente deshabitada, sacada de una película de ensueño en la que nos gustaría quedarnos a vivir. Una de las mejores opciones para llegar a la isla es alquilar un velero con tus amigos o disfrutar de un mini crucero organizado alrededor de Blue Lagoon para mimetizarse con el mar sin depender de horarios de salida y llegada, la despreocupación absoluta de un día en bañador bajo el sol. Si quieres huir de la masificación te recomendamos que cambies tu visita a Blue Lagoon y te desplaces hasta el otro lado de la isla, donde podrás disfrutar de pequeñas calas de arena virgen en las que el único ruido constante es el de las olas del mar rompiendo contras las rocas.
Visita cultural por la isla
Malta tiene un atractivo cultural que va más allá de sus playas. Los templos megalíticos son prueba de ello: Ggantija, Hagar Qim, Mnajdra, Tarxien, y el Hipogeo Hal Saflieni, todos ellos considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en los que es necesario hacer una reserva previa a la visita. Otros de los lugares más fotografiados del país son Marsaxlokk, un pequeño pueblo marinero al este de la isla, famoso por las coloridas barcas con ojos en la proa que decoran el puerto y la ciudad de Rabat, perfecta para perderse entre sus calles o incluso hacer esnórquel.
Terrazas y restaurantes
Uno de los lugares que no te puedes perder si vas a la isla, es el Café del Mar Malta, un complejo hotelero con un menú existo y una piscina pegada a la arena del mar donde disfrutar de las vistas desde una tumbona copa en mano, mientras la piel se vuelve dorada chispeante. Blu Beach Club se une a la lista de terrazas obligatorias también con vistas al mar y una cocina mediterránea memorable, aunque si quieres ir un paso más allá y disfrutar de un jacuzzi frente al mar, Surfside es el sitio perfecto, en el que además podrás degustar auténtica pasta italiana a un minuto de unas piscinas naturales. El hedonismo absoluto.
Fiesta y ocio nocturno
Otro de los atractivos de Malta es sin duda alguna la fiesta. Las party boats se anuncian como una experiencia única en mar abierto, una fiesta en torno a 5 horas de duración en medio del agua con DJ, copas y comida. La zona de Paceville también se une a la lista de lugares imprescindibles de ocio nocturno en la isla, un distrito plagado de pubs, bares y discotecas con más de 30 locales entre los que destacan Sky Club y Habana. Lugares en los que uno recuerda lo que ha venido a hacer a esta vida: disfrutar.