Si hay una expresión artística que forma parte de lo más profundo del ser humano es el teatro. La representación de nuestra historia, de nuestra cultura, de la tradición, inquietudes, miedos, alegrías y formas de entender el mundo. Desde la prehistoria a la actualidad y en todas las culturas a lo largo y ancho del mundo, el teatro es la representación por excelencia de nuestro pasado, presente y visiones de futuro. ‘El lugar predilecto para la contemplación’ (una definición perfecta que nos viene de la palabra griega theatrón, θέατρον).
Desde las grandes tragedias griegas a los ritos espirituales y religiosos, de las comedias romanas y sus inmensos teatros, la ópera de Pekín, los elegantes movimientos del teatro clásico japonés más simbolista, las historias narradas de trovadores y juglares europeos y la llegada de las obras popular renacentista… el teatro forma parte de nuestra esencia y forma más primitiva de contar historias.
Con el paso del tiempo este ha ido evolucionando, haciéndose cada vez más profesional, más importante y determinante para el arte y la cultura. Incluyendo a todas las clases y tipos de historia, personajes y espectáculos.
Llegando al momento actual donde en la variedad de la cartelera puedes encontrar versiones de las tragedias de Sófocles o Esquilo. Las grandes obras de Shakespeare junto a las del Siglo de Oro español. Obras de Lorca o de Lin-Manuel Miranda. El teatro más naturalista junto al más experimental además de, por supuesto, las superproducciones de Broadway y el teatro musical…
El teatro forma parte de nuestra esencia y forma más primitiva de contar historias
En la variedad está la fuerza del teatro y también en la pasión y conexión que se genera con el público. Porque estás allí, con ellos, formando parte de la obra y del ritmo del espectáculo. Puede que incluso los personajes se dirijan a ti, te miren a los ojos o se muevan a tu alrededor. Ya sea en una sala underground o en una verdadera Ópera, los aplausos son genuinos y las actuaciones también. No hay dos representaciones iguales, cada función es un momento único entre el actor y el público fiel.
El teatro es ese arte que se vive con los cinco sentidos, donde no hay nada que te distraiga y donde cada uno conscientemente decide en qué detalle fijarse. Es el momento donde ves toda la fuerza, pasión y expresión de los actores y disfrutas con ellos de esa liberación de dejarse llevar. Por ello, déjate llevar por las historias del teatro, en esas maravillosas salas donde una vez se apagan las luces y comienza la función todo puede suceder y hacerse realidad. ¿Estás preparado?