Cuatro últimamente está basando su programación en realitys. No es de extrañar, siendo propiedad del gran dragón MEDIASET, que solo sabe alimentar su audiencia a base de telebasura y de estos realitys donde se da una imagen de los españoles, y especialmente de la generación más joven, que no se asemeja a la realidad.
Esto no son invenciones mías, pongamos de ejemplo el nuevo reality ‘Quiero ser monja’, donde cinco aspirantes, tras recibir ‘la llamada de Dios’, se plantean dedicar toda su vida a la religión. En el programa, supuestamente, descubrirán si lo que sienten es una vocación verdadera. Pero, ¿Es necesario esto? Lo que sí es seguro, es que una persona que siente verdaderamente una vocación religiosa no se prestaría a participar en este tipo de espectáculos.
Muchos telespectadores mostraron sus opiniones en las redes sociales, y había muchas críticas similares. ¿Cómo un programa que va a tratar un tema tan serio como es la religión se parece tanto a ‘Mujeres y Hombres y viceversa’ y a ‘Gran Hermano’? Aquí tenemos la respuesta, lo que buscan es audiencia, y más audiencia. Y tampoco les fue tan mal, han reunido a unos 1.390.000 telespectadores.
Y la cosa no queda aquí, pronto se estrenará un nuevo ‘reality’ o mejor llamarlo SHOW, que lleva por nombre ‘Tú, yo y mi avatar’. Los concursantes deben enamorar a sus respectivos candidatos mediante avatares. Supuestamente, intentan responder con este nuevo programa a preguntas como ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocer su aspecto físico? Vamos, lo mismo que ‘Gran Hermano’, que empezó como un ‘experimento social’.
Cuatro debe tener algún tipo de obsesión con eso de ser celestino e ir emparejando a personas. Véase si no ‘First Date’, formato de reciente estreno, que parece estar teniendo éxito, donde las personas van a buscar a su media naranja. O ‘Granjero busca esposa’, ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?, etc.
Pero, a este nuevo formato dónde habrá citas sin personas reales, se le ven lagunas, o al menos se las veo yo. Pese a esto, pasará lo de siempre y triunfará, porque a los españoles nos gusta entrar en la vida de los demás, y esto es una realidad, pues de alguna manera tendremos que evadirnos de nuestros problemas reales.