La Semana de la Alta Costura es siempre una de nuestras favoritas en el calendario fashion. No sólo porque diseñan los mejores (la Cámara Sindical de Alta costura de París es quien elabora cada año la lista de quién puede o no desfilar en la Haute Couture), sino también porque los diseños que se presentan son realizados completamente a mano y eso los hace únicos.
Pues bien, este año, en el esperado de regreso de los desfiles de la Alta Costura, han estado, entre otros, los diseñadores Viktor&Rolf, que han presentado una colección con referencias a la realeza llena de maxi volúmenes, terciopelo y mucha pedrería.
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Titulada “Royal pain the ass”, Viktor&Rolf han querido poner un toque de humor y sarcasmo al establishment de la corona británica a la que han rendido este peculiar homenaje.
Y, si en la Alta Costura prima el “más es más”, esta colección royal no podía ser menos. Por eso, los vestidos han sido majestuosos, con brocados, motivos florales en relieve y con pieles y coronas incluidas. Si la mismísima María Antonieta estuviera en palacio, seguro, que ya habría encargado una larga lista de prendas.
Además, como suele ser habitual en ellos, los desfiles no son sólo desfiles. En este show han querido lanzar (de nuevo) un mensaje a través de sus glamurosos vestidos: cualquiera que se lo proponga, puede ser una reina.
Así, en las bandas que lucían las modelos, se podían leer frases como: “Princess? No, bitch, Queen!” “Lleva siempre tu corona invisible” o la famosa frase de la canción de Lady Gaga, “don´t be a drag, just be a queen”.
Y como era de esperar, todas estas reinas de pasarela debían desfilar por un gran escenario que, en lugar de haber sido en un castillo, ha sido en una antigua fábrica de municiones de la Guerra Fría, que actualmente sirve como espacio de arte contemporáneo.
Eso sí, a la hora de realizar las fotos de la colección, Viktor&Rolf han recurrido a fondos con palacios y castillos.
Esta “rave de fiesta” en palabras de los propios diseñadores, nos demuestra que el estilo maximalista ha vuelto para quedarse tras una época de pandemia en la que hemos sido más recatados. «Para esta temporada, estábamos de humor para algo obviamente opuesto, algo que es básicamente un escape a una atmósfera de fiesta», explican.
Porque sino, ¿para qué vale la Alta Costura sino es para soñar que somos unas reinas?